TEMUCO: Génesis de una comunidad, Por Moisés Hassón Camhi

Por Moisés Hassón Camhi

El 24 de febrero de 1881, el ministro del Interior chileno, Manuel Recabarren funda el fuerte militar Temuco, a los pies del Río Cautín. Al año siguiente, y a medida que avanza la «pacificación» de la Araucanía comienza a establecerse la ciudad, repartiéndose los primeros solares al exterior del fuerte.

Pero, el desarrollo llega con el tan ansiado arribo del ferrocarril el año nuevo de 1893. A contar de ese momento comienza a generarse un activo desarrollo comercial, potenciado por los primeros inmigrantes alemanes y franceses que llegan en los tempranos años después de la fundación, sumados a otros grupos posteriores de suizos y un último grupo de boers de África del Sur, y que en 1903 se establecen en los campos vecinos de las provincias de Malleco y Cautín [1].

En un libro publicado en el año 1897 [2] , encontramos el siguiente aviso:

“Tienda Surtida de Ignacio Lataste“ Avenida Vicuña Mackenna. Temuco Especialidad de artículos para señores i caballeros. Compran i venden trigo i frutos del país. Es esta casa comercial la que tendría un decisivo impacto en el futuro de los sefardíes en Chile. Vista la necesidad de realizar trajes de mejor calidad, acorde con el pujante crecimiento económico de la ciudad, contratan en 1900 al sastre Alberto Levy, mientras este se encontraba en Santiago.

Alberto había llegado aquí, luego de una serie de vagabundeos que incluyen una estadía en Buenos Aires [3], desde la ciudad de Monastir, en la región macedónica de los Balcanes.

Alberto Levy trabajó a «satisfacción de sus jefes»[4] y con ello pudo después independizarse gracias al capital reunido. Logró transmitir el entusiasmo de su nueva ciudad a sus familiares y amigos en su lejano pueblo natal en el entonces Imperio Otomano: Monastir, hoy día llamada Bitola, era entonces la capital o «viyaleto» de la región con sus respectivas autoridades militar y religiosa (pashás). Este entusiasmo hace que el año 1907 lleguen nuevos inmigrantes a sumarse a Alberto. Ellos son Daniel Levy, hermano de Alberto, Moisés Chame, Alfonso Israel y los hermanos Matías y Salomón Albala[5].

En el primer censo nacional realizado en 1907 y que registra judíos en la región, señala que en la Región de la Araucanía había catorce judíos[6]. Es decir a los ya citados 6 debemos agregar otros ocho judíos. Según Robert Levy, en su artículo escrito en 1931 y publicado con ocasión de la celebración de los primeros cincuenta años de Temuco[4], cerca de el año 1907 se habrían instalado en la región «algunos israelitas de origen ruso y polaco», lo que en parte explica la diferencia.

Posteriomente en 1910 se trasladan desde Monastir a Temuco los hermanos gemelos Samuel y Salvador Cassorla, junto con su hermana Sol (esposa de Alfonso Israel quien había llegado años antes). Al año siguiente, y ya instalados, envían los medios para que se trasladen sus familias desde el viejo continente.

Samuel Cassorla estaba casado con Regina Levy, mientras Salvador lo era con Tamar Ergas Albala. Ese mismo año de 1911 viaja Salomón Albala a Monastir para traer consigo a su familia y la de su hermano Matías.

Se va configurando así unas de las claves de la inmigración sefaradí a Temuco: su carácter familiar, o «de llamada», ya que la mayoría eran parientes o conocidos cercanos. Ya a partir de los apellidos se puede visualizar el carácter familiar de esta inmigración. De entre los primeros inmigrantes ya hemos ido indicado la presencia de los siguientes apellidos: Levy, Albala, Israel, Cassorla, Chame y Arueste. Muy pronto otros pocos más se harían presentes: Hassón, Ergas, Camhi, Nahmías y Testa.

Jacobo Arueste Levy relata lo siguiente: «En el año 1912 llegué a Temuco donde se encontraban ya mis padres. Tenía once años y me encontré con una aldea grande, donde la colectividad estaba compuesta por un grupo de más o menos quince familias, todas sefaradíes y originarias de Monastir» [7].

Por esos mismos años (1911 o 1912), llegó Abraham Albala Massot (medio hermano de Matías y Salomón) quien fue invitado por sus hermanos a trabajar en Temuco e integrarse a la comunidad. También debe haber llegado José Testa con su esposa Sara Arueste, quienes posteriormente tendrían mucha importancia en el nacimiento del primer centro organizado, como veremos más adelante.

Según Moshé Nes-El, los manasterlíes se agruparon principalmente en dos establecimientos comerciales: La Confianza y La Fama [8]. En el mismo artículo señala que los socios de cada una de estas empresas eran:

La Confianza: Isaac Arueste, José Testa, Abraham Arueste, Salvador Camhi, Samuel Levy y David Mois. La Fama: Matías Albala, Salomón Albala y Alfonso (Nissim) Israel.

También conocemos el nombre del local, que se granjeó mucho prestigio en la ciudad, y que era propiedad de los hermanos Cassorla: La Maison de Lux.

Una de las ocupaciones características de los recién llegados era dedicarse a vendedor ambulante, es decir, recorrer las localidades vecinas y ofrecer productos que eran pagados en forma semanal. Ello lo desarrollaban hasta que lograban hacer un capital para establecerse de manera más estable. Así, estos dos establecimientos disponían de un grupo de vendedores ambulantes, quienes buscaban obtener un capital que les permitiera independizarse.

Indica Nes-El que en ese primer grupo no celebraban ninguna fiesta judía, inclusive para el sagrado día de Kipur realizaban un pícnic en las laderas del agreste cerro Ñielo[9]. Esta situación es perfectamente comprensible en un grupo que estaba recién comenzado a establecerse, y en una ciudad que también estaba formándose con ellos. Baste señalar como ejemplo que también las autoridades eclesiásticas católicas tuvieron variados problemas en esta verdadera ciudad de «Frontera»[10].

Mientras tanto la ciudad originaria, Monastir, sufría una contínua secuencia de desgraciados sucesos, que solo lograron empobrecer más a sus habitantes. Primero acontecen las Guerras Balcánicas. El 8 de octubre de 1912, la Liga Balcánica le declara la guerra al Imperio Otomano[11]. En diciembre de 1912 se firma el armisticio, pero en enero de 1913 se produce el golpe de Estado que permite a los Jóvenes Turcos hacerse con el poder, por lo que la guerra se reinicia. Nuevamente los turcos son derrotados y se firma un tratado en mayo de 1913. Entre otros territorios que le son quitados a los derrotados, está la Macedonia que es repartida entre los aliados. Pero ese tratado no es del agrado a todos los aliados de la Liga, y el 29 de junio de 1913 se desata la Segunda Guerra Balcánica donde se enfrentan Serbia y Grecia, contra Bulgaria; saliendo esta última derrotada. Así Grecia y Serbia se dividen Macedonia, quedando Monastir en el lado serbio. La zona quedó tan inestable que, el 28 de junio de 1914, en la vecina Sarajevo, es asesinado el sucesor al trono del imperio Austrohúngaro, dándose comienzo a la Primera Guerra Mundial.

La Primera Guerra Mundial afectó aún más a Monastir. La ciudad estuvo mucho tiempo en una fuerte zona de conflicto, y muchas bombas destruyeron parte importante de la ciudad. El empeoramiento de la situación económica aceleró aún más el proceso emigratorio, ya sostenido por varios años.

Un testigo de esos años nos indica: «En la casa donde vivíamos en 1917, una casa de cal y canto, se habían instalado oficiales del estado mayor francés, que controlaba la ciudad. Cuando estaban por partir de allí, nos aconsejaron por agradecimiento que nos fueramos, porque la ciudad sería bombardeada por fuerzas alemanas, con apoyo turco y búlgaro. Así, cayeron bombas incendiarias” [12]. Mientras otros testimonio nos señala que por más de cuatro años los colegios estuvieron cerrados[13].

A raíz de este varios grupos de judíos se trasladan fuera de la ciudad. Uno de ellos se instala en la vecina ciudad de Florina[14], ahora ubicada en Grecia. Otras emigran más lejos, Salónica, o también Nueva York que seguía manteniendo su encanto del «sueño americano».

Durante el período bélico, la inmigración se detuvo un poco debido a las restricciones propias de un conflicto. Así y todo, y hasta 1916, podemos señalar la llegada de otros judíos de Monastir a Temuco. Entre ellos Abraham Testa Calderón, y sus hermanos Rebeca Testa e Isaac Testa, quienes se unieron a su tío José Testa, quien ya se había instalado allí años antes.

El año de 1916 marca el hito de quiebre para la joven agrupación de sefaradies temuquenses. Llegan tres grupos familiares nuevos: Isaac Russo, Moris Israel y Yedidia Israel; y nace el primer hijo varón a José Testa y Sara Arueste, don Enrique Testa Arueste. Todo ello hizo posible disponer del empuje suficiente para tomar la decisión de crear un organismo que los aglutinara.

En una Asamblea General realizada el 5 de agosto de 1916 se decide formar el primer centro social que agrupa a los sefaradies de esta ciudad. Se llamó «Centro Macedonico de Temuco» y su primer directorio estuvo formado por Matías Albala, presidente; Alfonso Israel, vicepresidente; Tesorero, Isaac Nahmías; secretario, Morris Israel; prosecretario, Jaime Levy, y como directores los señores Isaac Chame y Salomón Albala.

La mencionada asamblea tuvo una asistencia de veintisiete «socios»: Salomón Albala Camhi, Mayer Hassón, Matías Albala Camhi, Moisés Hercovish, Abraham Arueste, Morris Israel, León Benquis, Yedidia Israel, Isaac Chame, Alfronso Israel, Alberto Chame, Alejandro Mordoj, Salvador Cassorla Cassorla, Jaime Nahmías, Samuel Cassorla Cassorla, Isaac Nahmías, José Cassorla Cassorla, Simón Nahmías, José Cassorla A., Salomón Navón, Moisés Camhi, Moisés Negrín, Darío Ergas, Abraham Testa Calderón, Elías Hassón Albala, José Testa y León Hassón Levy.

Conocemos de otros monasterlíes que ya estaban en la región, pero que no pudieron asistir a la reunión. Uno de ellos es Jaime Levy, quien integró la directiva. No sabemos con certeza si corresponde a Jaime Levy Levy (hermano del bisabuelo de quien escribe este artículo[ 15]), o a Jaime Levy Arueste, que también inmigró desde Monastir junto con su hermano Teodoro Levy Arueste. Tampoco aparecen en la reunión el pionero Alberto Levy Levy (quien al parecer ya se había mudado a Santiago), ni su hermano Daniel Levy Levy. Tampoco asistió Abraham Albala. Por tanto, considerando a los que asistieron tanto como a los conocidos que no pudieron asistir, podemos estimar el número de hogares ya existentes en ese año en una cifra cercana a los 35.

Son estos primeros 35 hogares –formados por auténticos luchadores y pioneros– los que crearán la base para la conformación de la comunidad judía de Temuco, y serán uno de los cuatro pilares fundamentales de los sefardíes en Chile.

La historia de este Centro Macedónico recién fundado, así como su posterior destino, lo trataremos en otro artículo. Para terminar mencionemos que el siguiente censo nacional (realizado en 1920) arrojó la cifra de 280 judíos en la región, comparados con los catorce que había indicado en 1907, lo que confirma los nombres y cifras que hemos ido entregando hasta el momento.

Notas:

[1] Información obtenida desde el libro «Historia de Temuco», de Eduardo Pino Zapata. Editorial:

Escuelas Universitarias de la Frontera, Universidad Católica de Chile, Temuco, 1969. pp 18 a 23.

[2] J. Julio Mansoulet, «Guía Crónica Jeneral de la Zona Austral de la República de Chile», año 1897, Concepción, Imprenta de «El Sur».

[3] En todas las fuentes encontradas no se cita una fecha exacta, sin embargo se acepta que «por el año 1900» sería el momento en que Alberto Levy se establece en Temuco.

[4] Robert Levy, «Apuntes Históricos sobre la Colectividad Israelita de Temuco», en el libro Album-Guía del Cincuentenario de Temuco, Temuco 1931, pp 233-239

[5] Muchas fechas han sido obtenidos en conversaciones privadas con las siguientes personas: Américo Albala, Armando Cassorla, Jeanne Gold y Mario Testa.

[6] Los datos censales fueron recogidos del libro «Vivencias de los Sefaradíes en Chile», de Mario Matus Gonzalez,1993.

[7] Mario Matus Gonzalez, «Vivencias de los Sefaradíes en Chile», Santiago, 1993. A este libro lo usaremos mucho como referencia a fechas y personas, al tratarse de un esforzado y pionero trabajo de historia oral con los primeros emigrantes sefardíes. Esta cita aparece en la pp. 84.

[8] Moshé Nes-El, «La constitución de la Comunidad Israelita de Temuco». pp. 35 del libro Estudios sobre el Judaísmo Latinoamericano, Volumen I, Ed. Ultra, Israel.

[9] La realización de pícnic en las laderas del cerro era un paseo característico en aquellos años, en conjunto con los paseos a la Isla Cautín y a caballo. «Historia de Temuco», Pino Zapata, pp 49.

[10] «Historia de Temuco», Pino Zapata, pp 42. [11] De la Enciclopaedia Britannica. Consulta On-Line: Marzo, 2000. La Liga estaba formada por Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro. Rápidamente la Liga derrotó a las fuerzas imperiales, lo que permitió a las fuerzas serbias capturar Monastir, y junto con las fuerzas de Montenegro, tomar Skopie.

Mientras los griegos capturaron Salónica. Estos fueron algunos de los eventos que más afectaron a los judíos.

[12] «Vivencias de los Sefaradíes en Chile», de Mario Matus González,1993. pp 105, declaraciones de Teodoro Levy Arueste.

[13] «Vivencias de los Sefaradíes en Chile», de Mario Matus González,1993. pp 100, declaraciones de Moisés Cohén: «Cuando yo tenía 8 años aproximadamente no había colegios por la guerra,[…] cuando los colegios abrieron, en 1920, yo tenía 11 años».

[14] Ver al respecto el artículo de Mishel Sarfatis Pesso, «Florina, una comunidad olvidada», en Rev. Zejel # 1, Santiago, 1996.

[15] Jaime Levy Levy se casó con Rebeca Camhi Pardo, al parecer en la ciudad de Temuco. Sabemos que pudo establecerse y tener éxito comercialmente. No tuvo hijos. Al fallecimiento de su marido, su viuda se casó con Daniel Testa Sarfati (también sin hijos).

Fuente: Revista Argentina Toldot Nº 12, Sefaradíes en Chile y eSefarad.