El correo privado de ISAAC BRUDO en Marruecos

Buscando un artículo entre los muchos que he recordado, resguardado para una futura lectura, me encuentro con una del Linn’s Stamp News titulado Local post in Morocco (Correo local en Marruecos)(1). Recuerdo haberlo guardado pues hacía referencia a un tal Isaac Brudo, al que se considera de haber sido el responsable de iniciar el primero de una serie de correos privados en Marruecos a finales del siglo XIX. Adyacente al nombre de Brudo, anoté con un lápiz lo siguiente: «¿Será judío?».

Mi sentido olfativo estaba en lo correcto. No solo Brudo resultó ser parte de la tribu, sino que fue uno de varios judíos de origen europeo que sirvieron de pioneros e impulsaron una serie de servicios postales locales en el país.

La investigación

En ese momento estaba listo para escar-bar en búsqueda de información sobre Brudo. ¡Qué fascinante el universo encontré! Más allá, este servicio postal marroquí les pisaba los talones a dos contribuciones previas a la publicación The Israel Philatelist que tenían que ver también con correos privados: el de Julio Popper en el sur de Argentina y otro sobre Jacob Abraham Jesurún en Curazao. (¿Acaso hay suficiente material para un pequeño volumen titulado Pioneros judíos de los servicios postales del mundo?).

Mucha de la información presente en este artículo la obtuve de un número de artículos publicados en páginas web francesas e inglesas. Ninguna, empero, ofrece una fotografía completa de las estampillas de Brudo. Traté de bajar toda la información y juntarla para presentársela al lector de filatelia judaica y a otros interesados en la materia. Intencionalmente mantuve la distancia de los aspectos técnicos de las estampillas porque consideré que esa información no era relevante en este contexto.

Judíos en Marruecos

Como en otras tantas cosas en nuestra época de Internet-Google, hay talegos de in-formación disponibles sobre cualquier tema con solo presionar unas cuantas teclas. Sobre «judíos de Marruecos» no hay excepción. Hay también múltiples libros a la mano sobre ellos en francés, hebreo e inglés. Por lo tanto, me voy a limitar a referirme a algunos pocos he-chos sobre la judería de ese país que sean rele-vantes para la materia en discusión.

La proximidad de Marruecos a Europa hizo accesible el territorio a las corrientes migratorias que cruzaban el Mediterráneo en todas las direcciones, dependiendo de las condiciones politicorreligiosas locales. Los judíos llegaron a Marruecos de varios países europeos y en contrapartida, si las condicio-nes se volvían ácidas, volvían para establecerse en ciudades desde el mar del Norte al Imperio Otomano y Éretz Israel.

Época dorada

A finales del siglo XVII, un gran cambio político tuvo lugar con el surgimiento de la dinastía alauita, que contó con la asistencia de los israelitas. La alianza forjada entre estos dos grupos duraría siglos, tal como lo mani-festó el papel del rey Hasán II (1929-1999) al proteger a la comunidad judía de su época de las demostraciones antiisraelíes del radicalismo islámico.

Cuando el gobierno de Vichy introdujo en Marruecos su versión de las Leyes antisemitas de Núremberg, a pesar de la resistencia del sultán y rey, Muhámad V (1927-1953, 1957-1961), padre de Hasán II, no se permitió que se discriminara a los hebreos locales. En cambio, abogó por que se les diera un trato igualitario con respecto a los islámicos. Tal relación entre monarcas musulmanes y sus súbditos israelitas fue única y totalmente diferente de las que se desarrollaron en otros países dominados por el Islam.

En las últimas décadas del siglo XIX, Marruecos, en la encrucijada de muchas culturas, estaba llena de muchas empresas coloniales europeas. Los portugueses, españoles, alemanes y franceses se establecieron en el territorio. Las principales ciudades del país estaban en el interior, donde el poder político se concentraba: Fez, Mequínez y Marrakesh.

Redes empresariales

Las comunidades judías estaban esparcidas a lo largo de las rutas comerciales, desde el Mediterráneo y las costas atlánticas hasta la frontera norte del Sáhara. Los mercaderes israelitas se encargaban del comercio de larga distancia, conectando Marruecos con el África subsahariana, otras partes de Noráfrica, el Medio Oriente y Europa. Los vendedores ambulantes judíos eran ubicuos en el campo, enlazando una vasta red de pequeños asentamientos con los poblados principales del interior. Un buen número de estas empresas estaban en manos de judíos que además participaban activamente en su vida comunitaria.

En las ciudades costeras de Tetuán, Tánger, Rabat, Mazagán, Safi y Mogador, donde había numerosos consulados, muchos judíos, con una manera desproporcionada en comparación a los musulmanes, eran agentes de firmas extranjeras. Las delegaciones diplomáticas y las casas mercantiles también contaban con un buen número de protegidos judíos en calidad de agentes en el interior del país . Los puertos marroquíes eran los más prósperos, mientras que el interior se mantenía aislado y solo se comunicaban con los primeros mediante caravanas.

Correo local

Ya en 1852, el consulado francés abrió un servicio postal en Tánger, lo que fue seguido por el británico en 1857 y por el español en 1865. Sin embargo, estos se limitaban a la ciudad portuaria y las ciudades europeas de esos países al otro lado del Mediterráneo.

Mas fue en el contexto de una presencia diplomática extranjera, a mediados del siglo XIX, que surgió la figura perspicaz y emprendedora del hijo del vicecónsul francés en Mazagán (actual El Yadida) de nombre Isaac Brudo. Tuvo la iniciativa de crear un servicio postal destinado a asistir a comerciantes extranjeros que carecían de este tipo de comunicación con el interior del país.

Establecimiento del servicio postal local

El primerísimo servicio postal local en Marruecos comenzó el 24 de octubre de 1891 con la cooperación de su homólogo francés. Al principio era semanal, pero pronto se convirtió en diario. Como resultado de su éxito arrollador, «rápidamente fue emulado, no solo por otros europeos –incluso franceses– sino por el propio sultán de Marruecos». Pronto las llamadas Cachets Maghzen (hechas de trece diferentes sellos de mano) y el «Correo del Jerife» (la Oficina Postal, Telégrafos y Teléfonos del jerife que comenzó en 1911 y que fue lanzada por el nuevo sultán Mulay Abdelaziz).

[Nota del editor original: El servicio postal del jerife, también llamado rekkas, funcionó de noviembre de 1892, y al principio utilizó sellos de mano mejor conocidos como Maghzen Cachets. Se organizó y reguló mediante una carta datada el 20 de Yumada El Auala (22 de noviembre de 1892) por Su Majestad el sultán Mulay Hasán I. Consistía en trece sellos octagonales y otro tanto, redondos. El primero estaba destinado a uso privado y el último para el uso de la monarquía. Cada sello está disponible en seis colores diferentes: violeta, negro, azul, verde, rojo y anaranjado].

El correo administrado por Brudo era transportado entre Mazagán, un puerto importante en la costa atlántica de Marruecos, y Marrakesh, la antigua capital real en el sur. Era el hogar de lo que alguna vez fue la comunidad judía más grande del mundo árabe. El correo viajaba 205 kilómetros atravesando Sidi Benur, Smira y Suinia, siguiendo una línea estrecha. Cada jornada duraba alrededor de 46 horas.

Lo llevaban rekkas (mensajeros) que eran contratados por 2s al día. Montados en caba-llos árabes, estos cargadores armados cubrían aproximadamente cuarenta kilómetros al día. Ese era una tarea muy dificultosa, «llevando el correo por montes y valles. Estos rekkas han aparecido en cuadros y escenas inspiradas en diversos niveles de la imaginación artística».

Isaac Brudo manejó su negocio desde su re-sidencia en Mazagán. Sus corresponsales en Marrakesh eran otros dos sefardíes: Jacob Hazán, que manejaba el correo junto a su asis-tente, Abraham Corcos.

Las estampillas de Brudo

La primera estampilla de Brudo que apareció «valía 25 céntimos». Su diseño era sencillo: figuras alargadas en una trama de líneas y abajo las palabras «Mazagan a Maroc» (en este caso, esta última palabra alude a Marrakesh) y arriba «Service de couriers» (servicio de envíos, no muy diferente al concepto del DHL o Fe-dex contemporáneo, excepto que la tarifa de transporte se pagaban mediante estampillas). La impresión se hacía en una litografía, rojo sobre papel blanco.

En [septiembre] 1892, la tarifa tuvo una rebaja: el valor de 25 céntimos que mostraba la estampilla fue sellado con otro de 10 céntimos, en letras gruesas en una línea. El resellado se hizo con tinta negra y azul.

Más adelante en ese mismo año, una serie final se puso en uso con cinco diferentes precios y en 1894 se lanzó un nuevo valor de 20 céntimos. El diseño representa un pórtico con el precio enmarcado en el centro.  La estampilla de 25 céntimos era el costo de envío de una carta ordinaria y de cualquier material impreso hasta 100 gramos.

La autorización oficial se la otorgó el consulado francés a Brudo [no exclusivamente] no solo para emitir, sino también para los matasellos, para realizar la cancelación (obliteración) de las estampillas de su servicio. El tercer tiraje llevaba estrellas de seis puntas en los bordes como indicación de su origen étnico. «Cancelado en letras latinas y hebreas… (los) matasellos redondos estaban a la orden del día para prevenir la reutilización fraudulenta de las estampillas». (8). Ciertas tendencias nunca cambian.

Expansión: de Marrakesh a Safi

En 1897, ostensiblemente satisfecho con el éxito de su servicio postal, Brudo abrió otra ruta entre Marrakesh y Safi, desde la costa atlántica al Marruecos occidental. La sucursal en Safi estaba en manos de un amigo de Brudo, Joseph André, un mercader local.

Las estampillas usadas para este servicio eran impresas en Londres por la Waterloo & Son. El diseño apaisado representa una aldea típica. Como consecuencia de un error curioso del gravador, los precios aparecían en español e italiano, aunque difícilmente hubiese de esta última nacionalidad en el país, la segunda lengua sin duda debió haber sido el francés.

Una ruta adicional entre Marrakesh y Safi

En 1899, un nuevo juego de estampillas se puso a disposición. Impresa se observa la caza de un antílope.

Estampillas de franqueo

Finalmente, una serie de estampillas de franqueo, de diseño sencillo, se emitieron. La  inscripción estaba en francés y el valor en moneda española.

Otros correos privados

La Alnis Guide to Local Posts of Morocco(Guía Alnis de correos locales marroquíes) dedica varias páginas a nombrar cada estampilla emitida por Brudo, además de sus va-riedades, matasellos, así como también sus falsificaciones y reimpresiones.

Veintidós servicios privados postales de Marruecos de población a población se establecieron entre 1891 y 1906, y todos terminaron en 1911. Muchos de ellos generaron varias emisiones de estampillas, incluyendo las de franqueo. Un sumario completo de estos servicios, las ciudades a las que atendían, los años en los que operaron y los responsables están nombrados en el libro Evolution du service postal au Maroc.

Al menos trece de estos veintidós de estos establecimientos estaban manejados por empresarios sefardíes: Aarón Cohén, Salvador Hassán, Joseph Cohén, Messod Bensimón (un exdirector de la escuela de la Alianza Israelita de Fez, que posteriormente se hizo empresario), James Nahón, David Elmaley, Joseph André, Jousé Benchimol y, por supuesto, Isaac Brudo.

Fotografías de muchas de estas estampillas aparecieron con el artículo de Girer que he citado.

Con la excepción de los servicios de mensajería de Brudo (1891-1900), Abudarham (1894-1901) y Marx (1893-1911), la vida comercial de ellos fue corta (de dos a cuatro años) y hasta más (de cuatro a quince meses).

«El sultán Hassán I, que gobernó entre 1873-1894, le ofreció a Brudo comprarle el negocio en 1892. Este se rehusó. No obstante, la ruta de él cerró en julio de 1900 y fue sustituida por el Correo Francés al que se le permitió usar el remanente de estampillas de Brudo hasta el 15 de julio de 1902». (13) No fue sino hasta 1917 que Marruecos emitió sus propios sellos postales, aun bajo la administración colonial gala, con leyendas en francés y árabe.

Estampilla en homenaje

Al servicio postal de Isaac Brudo se le reconoce su naturaleza pionera a tal punto que Marruecos emitió una estampilla semipostal (de caridad) el 1° de mayo de 1949, en conmemoración del quincuagésimo aniversario del lanzamiento de su estampilla de Magazán (emitida en 1899) y por el Día de la Filatelia. El dibujo central representa una chasse à la gazelle, es decir, una cacería de gacelas. En letras pequeñas en la parte inferior se lee «Courrier Français Brudo Mazagan-Marrakesh 1899». Este es el primer homenaje que un servicio postal público le rinde a uno privado, que incluye además el apellido judío de su fundador.

Una idea final

Por último, no puedo sino imaginarme cómo todos estos empresarios judíos, en su mayoría de origen francés, relacionados con los servicios postales locales, operaron y reaccionaron ante el caso Dreyfuss (1894-1906) que se estaba desarrollando en París.