Crónica de una PROFANACIÓN

Un hecho delictivo colocó el nombre de la sinagoga, sede principal de la Asociación Israelita de Venezuela, en los titulares de los periódicos de todo el mundo.

La noche del viernes 30 para la madrugada del 31 de enero de 2009, noche de del 8 de según el calendario judío, un grupo de aproximadamente dieciséis personas, penetraron en el recinto de la sinagoga, mejor conocida como Maripérez, en un acto cuyas motivaciones están aún por aclararse. A la fecha de hoy, el móvil reconocido es el del hurto y robo.

Durante aproximadamente cinco horas, los hombres, con aparente colaboración de uno de los vigilantes de la institución, permanecieron en el recinto, tiempo durante el cual pintaron grafittis de contenido antisemita, entre éstos el ícono de un diablo, violentaron la caja fuerte de la institución, revisaron papeles, sustrajeron una computadora con la base de datos de los afiliados, algunas joyas y algo de dinero; así como los registros de las cámaras de seguridad, y osaron abrir el, o armario que contiene los rollos de la , con lo que éstos quedaron profanados.

Igualmente, los delincuentes entraron en las bibliotecas adjuntas de la sinagoga, que se utilizan para los o clases rabínicas, y forzaron las cerraduras de los cajones, aparentemente en busca de objetos aún sin determinar.

Según informaron los testigos, vigilantes y vecinos del sector, la salida de los antisociales se produjo a altas horas de la madrugada. Las versiones acerca de si al huir hicieron disparos al aire, o si eran escoltados por automóviles que llevaban luces cocteleras y sirenas, son disímiles.

El primer rezo de la mañana de, que se realiza a partir de las 6:00 a.m., quedó suspendido y las cámaras de televisión no tardaron en hacerse presentes, momento en el que se difundió la noticia en el país. Pronto la noticia recorrió el mundo de la mano de las cadenas internacionales de noticias, las páginas web, los blogs y todas las redes sociales.

Durante la mañana, los fieles, atónitos, se acercaron a la sinagoga de Maripérez y se congregaron frente a ella, visiblemente afectados por lo que se puede considerar uno de los actos de antisemitismo más significativo en la historia contemporánea de la comunidad judía en Venezuela.

A partir de horas del mediodía, un grupo de venezolanos, judíos y gentiles, se apersonó a las puertas de la sinagoga de Maripérez para condenar la profanación del lugar, hecho inédito en el país. De parte de las autoridades nacionales sólo hubo pronunciamientos algo tímidos en boca de funcionarios del gobierno, rechazando los actos vandálicos, los cuales, según algunos voceros, se debían atribuir al hampa común o a factores internos de la comunidad.

El domingo 1ro. de febrero, la prensa local amaneció con un comunicado oficial de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela en el que pedía investigar la profanación de la sinagoga de Maripérez y solicitaba moderación en el lenguaje de los personeros oficiales cuando se refirieran a Israel y los judíos venezolanos.

Durante el día siguiente, una serie de embajadores acreditados en el país, entre los que destacaron algunos de países europeos y americanos, entre ellos el de Austria, Canadá, España, la Unión Europea y el encargado de negocios de Estados Unidos, y representantes de organizaciones internacionales, así como una serie de personalidades de la vida pública nacional, entre ellos los jerarcas de la Iglesia Católica venezolana y de las distintas denominaciones protestantes del país, se manifestaron en contra de lo sucedido y a favor del respeto por la libertad de culto y a las minorías religiosas sin distinción.

Ese mismo lunes 2 de febrero, un grupo de vecinos, convocados por los productores del programa El Radar de los Barrios, se acercó a la sinagoga de Maripérez con el fin de pintar los portones y muros exteriores de la institución a manera de desagravio.

El miércoles 4 de febrero, una delegación de la comunidad fue citada y atendida por los ministros de Relaciones Exteriores y de Información y Comunicaciones, para expresar a la comunidad su rechazo a lo ocurrido y dar las garantías de rigor.

La tarde del jueves 5 de febrero, se llevó a cabo un acto de desagravio convocado por la CAIV a las puertas de la Sinagoga Israel, adyacente al Paseo Colón, y allí el presidente de la CAIV, Abraham Levy Benshimol, Elías Farache, presidente de la AIV y el rabino principal de la institución, Isaac Cohén, se dirigieron al público.

El ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, Tarek El Aissami, anunció que se tenía identificado al grupo de profanadores y señaló que entre éstos estaba el ex escolta del rabino de la institución y uno de los vigilantes. El día 12 de febrero el canciller Nicolás Maduro se presentó en la sede de la Asociación Israelita de Venezuela acompañado por el director del CICPC, Wilmer Flores Tropel, para ofrecer una rueda de prensa conjunta con el presidente de la AIV, Elías Farache, y el rabino de la comunidad, Isaac Cohén, que fue televisada por los distintos canales oficiales y privados, en los que el gobierno nacional se deslindaba de los hechos y lo consideraba un acto meramente hamponil, y que la profanación sólo se hizo para despistar a la policía. El presidente de la institución pidió que se aclarara quiénes fueron los autores intelectuales de los hechos.