ARQUEÓLOGOS DE ISRAEL descubren antiguo templo de la monarquía de Judea

EFE

Importantes hallazgos.
Unos arqueólogos han descubierto un antiguo templo a las afueras de Jerusalén que arroja nueva luz sobre el período más temprano de la monarquía de Judea, hace más de dos milenios y medio, y sobre el culto en el Templo de la ciudad santa.

El hallazgo fue realizado durante una operación de rescate de la Dirección de Antigüedades de Israel junto a las obras de una nueva autopista que conectará Tel Aviv con Jerusalén, al lado del poblado de Motzá.

En el lugar han aparecido extraordinarios artefactos de hace 2.750 años, que datan del período más temprano de la monarquía en el reino de Judea.

«El edificio ritual en Tel Motzá es un hallazgo inusual y sorprendente, sobre todo porque casi no hay restos de este tipo de edificios de la época del Primer Templo”, indican los arqueólogos responsables, Anna Eirikh, Hamudi Kalaily y Shua Kisilevitz.

Entre los objetos han aparecido pequeñas figuras de hombres de cerámica, uno de ellos con barba, cuyo significado se desconoce.

El yacimiento de la antigua Motzá, mencionada en el Libro de Josué, ha sido excavado en varias ocasiones debido a las continuas ampliaciones de la autopista, y está considerado uno de los de mayor importancia alrededor de Jerusalén.

Sin embargo, dicen los expertos, el nuevo descubrimiento de figuras antropomórficas requiere una extensa investigación que en principio revela la influencia que sobre ese antiguo poblado tenían comunidades costeras, a pesar de su proximidad a la ciudad santa.

«Las murallas de la estructura son masivas e incluyen una ancha entrada dirigida hacia el este, de acuerdo a la costumbre empleada en la construcción de templos en el Próximo Oriente», afirman los tres investigadores en la nota de prensa.

Esa recurrida orientación buscaba que los rayos del sol iluminaran algún objeto ubicado dentro del templo, simbolizando así la presencia divina.

Los hallazgos ofrecen en ese sentido una prueba poco frecuente de las prácticas rituales en el reino de Judea, donde en tiempos del rey Ezequías (727-698) se abolió el culto en templos locales para evitar la idolatría.

En su lugar, el monarca impuso que todo el culto a Di-os debía realizarse en el templo de Jerusalén.