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EL TERROR DE NUEVO
Las alarmas suenan de nuevo en Israel: en quince segundos todos deben correr
a lugares seguros para resguardarse de los misiles Kazam que vienen de Gaza, todo
como resultado de un plan trazado para aterrorizar a la población israelí cada vez
que se acerca el verano. La excusa se la dieron aquellos que mataron a un joven musulmán
como respuesta al asesinato de tres adolescentes judíos que pedían cola en la
zona de Hebrón. Pero, mientras Israel ejercía su legítimo derecho a la defensa, otro
tipo de misiles, esta vez mediáticos, empezaron a caer en cada una de las comunidades
judías de la Diáspora, con consecuencias igualmente traumatizantes para muchos
de los que vivimos en ellas: París, Londres, Miami, Atenas, México, Montevideo
y Caracas fueron algunos de los lugares donde las pintadas y las manifestaciones
apuntaban su furia hacia los correligionarios locales, tal como se evidenció en una
pintada en Parque Miranda que decía: «Haz patria, mata a un judío».
Evidentemente, todo el mundo tiene derecho a opinar sobre lo que considera
incorrecto en la actuación de los distintos gobiernos del mundo. No obstante, hay
que revisar el tenor de la crítica y si esta está motivada por un deseo legítimo de
justicia o por un sentido oportunista para trasmutar prejuicios e introyectarlos en la
opinión pública. ¿Se trata de la salvaguarda de los Derechos Humanos? Entonces,
hay que ver la coherencia frente a hechos similares.
Desde nuestro punto de vista, la ausencia de demostraciones iguales a las suscitadas
por la intervención militar de Israel en Gaza, como por ejemplo, ante la limpieza
étnica del llamado Estado Islámico practicada contra los cristianos y los kurdos en
Irak y Siria, confirma el doble rasero: muchos de los que acusan a Israel con epítetos
irrepetibles se hacen los mudos cuando quienes perpetran crímenes claramente de
lesa humanidad son otros pueblos o los aliados. ¿Que no se puede opinar de lo que
no se sabe o no se entiende? Muchos de los que así piensan en el caso de ISIS, no
se eximen de juicios infundados contra Israel y su derecho a preservar la integridad
física de sus ciudadanos y a defender su democracia, donde cristianos, musulmanes
y judíos tienen derechos como nacionales de un país donde impera la Ley.
Se ha afirmado que estamos al borde de una conflagración mundial, en la que
dos civilizaciones se enfrentarán: Occidente, con sus valores democráticos y sus
adelantos científicos y tecnológicos; y Oriente, donde el fundamentalismo religioso
nos retrotraerían a una era de oscurantismo y retroceso. De nuevo, los judíos –esta
vez representados por Israel– somos vistos como los canarios del minero, aquellos
que alertan al mundo de los peligros que lo acechan, solo que esta vez estamos
preparados para responder y defendernos: allá, con todo lo que se pueda; aquí, con
nuestra voz en alto, con alegatos irrefutables y con nuestro buen ejemplo.
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Breve visión de la vida religiosa judía de CORO DURANTE EL SIGLO XIX
HILULÁ DE SHIMÓN BAR YOHÁI continúa la tradición
UNA MIRADA A MARRUECOS se presentó en Hebraica
Una historia de casi 200 años: CEMENTERIO JUDÍO DE CORO
La comunidad judía y SU CEMENTERIO EN BARCELONA (Anzoátegui)
LA JAQUETÍA Y EL LADINO van a la UNESCO
Hay un creciente interés por estudiar el JUDEOESPAÑOL (extracto)
LADINO Y JAQUETÍA: dos lenguas, una nostalgia
MEM GUÍMEL celebra 150 años de presencia judía en MELILLA
LA GUIRNALDA DE ROSAS:tradición y simbolismo en un romance español y sefardí
Los judíos romaniotas de Grecia se extinguen 70 años después de AUSCHWITZ
Gabriele Bedarida El dialecto JUDEOLIVORNÉS (bagitto)