¡SHALOM!
A excepción de los innumerables hebraísmos que pasaron a las lenguas verná
culas europeas mediante el griego y el latín, como parte del legado del judaísmo a
la cultura occidental,Shalom es la palabra del hebreo moderno más conocida en
el mundo. Más allá de lo que expresa, «paz», «armonía», «plenitud» o «compleción», el hecho de que el idioma sagrado del judaísmo, que se ha adaptado como lengua oficial del Estado de Israel, utilice esa expresión para saludar al llegar y al despedirse ha llamado la atención de los pueblos.Tal como se expresa en el pasaje del libro de Shofetim (Jueces), 6:24, Hashem y Shalom vendrían a ser equivalentes, por lo que la paz es un asunto que atañe directamente a la Divinidad. Cuando alguien dice Shalom no solo está dando un
saludo frívolo, sino que está invocando el nombre del Todopoderoso.
La insistencia de los judíos de invocar la paz mediante sus creaciones artísticas orales, que se ha mantenido a lo largo de la historia pre y post creación del Estado
de Israel, ha hecho que la palabra sea tomada como epítome de lo judío y que el
solo articularla sea sinónimo de identidad y de identificación. Con esto queremos
decir que el judaísmo implica necesariamente una cultura de paz, de armonía entre este plano y el plano espiritual, donde ambos se combinan, creando un lugar (makom) en este mundo donde reina Di-os, es decir, donde reina la paz.
Los editores de la revista Maguén-Escudo también les dicen Shalom a todos.
Tras sortear algunas dificultades, volvemos a las manos de nuestros lectores. Los
tiempos que vivimos nos obligan a reestructurarnos y comenzar un esquema de
tres ediciones anuales, en vez de las cuatro que veníamos haciendo. Son tiempos
difíciles, pero no de retos imposibles de vencer.
Esta reflexión también es pertinente en estos tiempos convulsos, donde Israel
se nos presenta como un remanso de paz frente a las atrocidades del Estado Islá
mico, donde se entiende la paz no como armonía sino como sumisión; no como
totalidad, sino como una parcialidad que se impone a la otra. Entonces, la clave
para la paz es encontrar el punto de equilibrio entre las partes que componen un
todo, como la mesa del séder de Pésaj, donde están sentados los hermanos, no
importa si uno es tonto, sabio, malo o sin idea de lo que es.Al acercarnos a las XIV Semana Sefardí de Caracas, vamos a indagar cómo se conforma la identidad del judío en Venezuela, que ha logrado como colectivo respeto entre sefardíes y askenazíes, religiosos y laicos, venezolanos nacidos aquí o venidos del extranjero. Y cómo la memoria juega un papel primordial en esa dinámica de paz.
Es una Semana signada por la restricción económica, pero también por las ga nas de superar las limitaciones con imaginación y perseverancia. Reinventándonos
para poder decirles a todos: ¡Shalom bienvenidos a nuestras jornadas culturales!
Índice
ESTUDIANTES DE POSTGRADO de Literatura de la UCV visitan la AIV
SHIMÓN BAR YOJÁI y su memoria en la AIV
En la sala de la Fundación Herrera Luque LA EXPERIENCIA JUDÍA abre puentes culturales
FRANCISCO DE MIRANDA: Espíritu revolucionario y filosemita
MÉDICOS CRIPTOJUDÍOS en tiempos de la Inquisición en América
EL SUICIDIO PARTICULAR DE PRIMO LEVI ronda en su trabajo póstumo
Una plegaria sin palabras Mario Eduardo Cohén EL SHOFAR Antiguas y nuevas interpretaciones
LOS GUEONIM DE BABILONIA y el modelo de la cultura judía medieval
Los judíos en LA MÚSICA ANDALUZA de Marruecos