Presencia de MELILLA EN VENEZUELA

José Chocrón Cohén

Melilla,hermosa ciudad portuaria bañada por el mar Mediterráneo y limítrofe con Marruecos en la región del Rif, constituye  un  histórico enclave de España en el norte de África desde el año 1497. Con su clima templado y húmedo y su temperatura media anual de 19 °C  esta ciudad de poco más de ochenta mil habitantes, conocida en la antigüedad por su nombre fenicio de Rusadir, es actualmente una ciudad autónoma de España, situada en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo, frente a las costas de la península ibérica.

Su etimología es incierta. Probablemente tenga origen bereber. El vocablo utilizado por los rifeños autóctonos de la zona para designarla es Mritch,proveniente de la raíz etimológica bereber «Tamlilt» que significa literalmente «La Blanca», haciendo referencia a la piedra caliza de color blanco sobre la que se asienta Melilla. Es muy probable que durante la arabización del Rif asumiera este nombre «Tamlilt» y lo convirtiera en «Mliliat». Otra teoría, es que el nombre de Melilla proviene de Mellitus, ya que en la época del Imperio Romano, la zona donde se sitúa la ciudad, era rica en miel y trabajaban la apicultura. Su población en una proporción mayoritaria es originaria de la península Ibérica, de idioma español y tradición religiosa católica. Otro importante y numeroso sector de la población está constituido por musulmanes, principalmente autóctonos de la zona del Rif donde se asienta Melilla, es decir, bereberes, denominados en su lengua original “amazigh”  en singular  (en plural  “imazighen”) y su idioma es el rifeño conocido como “sheljatamazight”. Este pueblo habita todo el norte africano desde los primeros tiempos de la historia, ocupando habitualmente regiones montañosas y aisladas. Sin embargo, es un pueblo de una gran riqueza cultural de antiguas tradiciones arraigadas que perduran hasta nuestros días a través de su arte, sus costumbres y su gente.

Le sigue en importancia la comunidad judía con unos 1.000 habitantes, en su gran mayoría judíos sefardíes provenientes principalmente de Tetuán y otras regiones aledañas de la zona del Rif, a las que se sumaron diversas familias procedentes de otras poblaciones marroquíes, tales como Fez, Taza, Debdú, Tánger, Marrakesh,  Uxda, etc., o de Argelia, como Orán y Tremcem.

Fueron atraídos, en primer lugar, por el estatus legal de “Puerto Franco” que a partir de  la Ley de mayo de 1863  adquirió Melilla, juntamente con Ceuta,mediante el cual se disponía que quedaban “libres de derechos y arbitrios  a favor del Tesoro Público todos los géneros, frutos y efectos que en ella se introdujeran” ; en segundo lugar,  por la Real Orden del 17 de febrero de 1864 que autorizó a residir en Melilla a cuantos quisieran hacerlo sin necesidad de permisos especiales y, en tercer lugar, como consecuencia derivada de la Constitución española de 1869, que abolió la disposición derivada del Decreto de Expulsión de los judíos del año 1492, confirmada posteriormente por el Decreto de 16 de Agosto de 1816, según el cual “no se permitía saltar en tierra, ni internarse en los dominios españoles sin expreso permiso del rey…a ningún hebreo”.

En 1903 el censo mostraba una población de 1.225 hebreos en Melilla, lo que ateniéndonos al total de civiles  empadronados que sumaban 6.633, arroja el significativo balance de un 33 por ciento de la población total.  En 1918 la población era de 3.290 judíos y en los años de 1950 habían alrededor de 7.000 miembros.Sin embargo, a partir de los años 60 del siglo XX se intensificó una oleada emigratoria hacia otros lugares de España y del extranjero, principalmente a Israel y Venezuela, donde el proceso emigratorio se había ya iniciado desde finales del siglo XIX, como luego veremos con más detalle.

Cabe resaltar que Melilla presenta diversas particularidades, fruto de su posición geográfica e historia, tanto en la composición de su población y sus actividades económicas como en su cultura, resultado de la ejemplar convivencia de cristianos, musulmanes, judíos e hindúes (quienes también conforman una pequeña pero muy arraigada y respetable comunidad), manifestándose en un multiculturalismo espontáneo, respetuoso y enriquecedor que se evidencia en la cotidianeidad de la vida melillense.

Este multiculturalismo ejemplar queda testimoniado en cuatro excepcionales versos  contenidos en el himno oficial de la ciudad, singulares y admirables, como pocos, por su aleccionadora connotación civilizadora, los cuales rezan así: “Un pedazo de España, Melilla, / que de tres religiones surgió:/ musulmana, cristiana y judía,/  y al calor de sus rezos creció.”

Entre otras muchas particularidades merece la pena destacar la magnífica joya de arquitectura modernista que conforma la ciudad de Melilla y que la ha llevado a ocupar  el segundo puesto de España después de Barcelona.

Esta esencia modernista llega a Melilla de la mano del arquitecto Enrique Nieto, un discípulo de Gaudí que a comienzos del siglo pasado se residenció en la ciudad para dar rienda suelta a su imaginación en las calles de esta ciudad norteafricana.

Trasladándonos ahora al otro lado del Atlántico y por lo que respecta a la relación de  Melilla con Venezuela merece la pena mencionar que esta ciudad es particularmente conocida por la historiografía venezolana debido a que en ella el caraqueño universal y precursor de la independencia de Venezuela e Hispanoamérica, Francisco de Miranda, contando con apenas 24 años de edad, se midió por primera vez en combate, como capitán del Regimiento de Infantería de la Princesa,  al servicio de la Corona española, durante el asedio que la ciudad hubo de sufrir por las tropas sitiadoras del Sultán Sidi Mohamed ben Abdalah desde el 9 de diciembre de 1774 hasta el 16 de Marzo de 1775, perpetuando este histórico acontecimiento de su puño y letra, en su célebre Diario de Melilla”.

En el año 2005 la Presidencia de la Ciudad Autónoma de Melilla hizo entrega  al Gobierno de Venezuela de un busto de Francisco de Miranda, realizado por el artista Antonio Colmeiro en 1997,  acompañando una placa cuyo texto reza así: Como muestra de gratitud, respeto y cariño al Pueblo de Venezuela por la fraternal acogida que siempre ha dispensado a los melillenses.

Busto y placa engalanan hoy el centro del casco histórico de Caracas, frente al Palacio de las Academias, y fueron develados el 8 de Febrero de 2007 con motivo del convenio de Hermandadentre ambas ciudades que tuvo lugar en el Ayuntamiento de Caracas durante aquel memorable día, en presencia de sus respectivos Alcaldes, representantes del Cuerpo diplomático de España en Venezuela y de la Casa de Melilla en Caracas.

Asimismo participaron en este significativo eventorepresentantes de la Asociación Israelita de Venezuela yaque  al recorrer la breve, pero intensa historia de la migración de melillenses a esta Tierra de Gracia americana, verificamos que, en casi su totalidad, por no decir todos, tales emigrantes melillenses provienen de la comunidad hebrea allí establecida. Los usos, costumbres y tradiciones religiosas comunes al resto de las comunidades judías sefardíes de Marruecos hicieron posible que la comunidad melillense de inmigrantes inmediatamente se integrara a  la Asociación Israelita de Venezuela, institución madre que alberga en su seno a todas las comunidades sefardíes y orientales de las más diversas procedencias.

La especificidad de la educación española moderna recibida en Melilla, aunada a ese sincretismo cultural que, tal como se expresó anteriormente, ha inspirado siempre la vida cotidiana de esta ciudad norteafricana, ha modelado, no obstante, de manera muy singular el carácter de esta comunidad de inmigrantes, agregándoleun talante propio y autóctono; alpunto que, incluso las generaciones posteriores, nacidas ya en Venezuela, hijos y nietos de estos inmigrantes pioneros, conservantodavía,en buena parte,unvivo sentimiento de pertenenciamelillense.

Los primeros de estos inmigrantes melillenses arribaron a Venezuela durante la última década del siglo XIX y las dos primeras del siglo XX.

En la segunda mitad del siglo XIX, hubo un marcado interés por parte de los gobiernos de Antonio Guzmán Blanco y Joaquín Crespo por  atraer  inmigrantes al país,de manera que,  durante las dos últimas décadas de ese siglo,  comenzó a llegar al país una inmigración judía proveniente del norte de Marruecos, especialmente de Tetuán y entre estos inmigrantes también llegaron algunos provenientes de Melilla. Probablemente a esta razón se debe que, hasta donde sabemos, con la excepción de José Bendayán Sultán, quien se estableció en Caracas, fuera  Carúpano la principal ciudad de destino de los primeros inmigrantes melillenses.

A  finales del siglo XIX era notable la importancia sociocultural y económica de la ciudad de Carúpano, en la península de Paria, ya que contaba con telégrafo, tranvía, teatro, boulevard, malecón y puerto. Además poseía acueducto, fábrica de hielo y restaurantes, Colegios, Academia de música y periódicos. Desde Carúpano se instaló en 1877 el primer cable telegráfico que unía a Europa (en este caso la ciudad de Marsella)  con Sudamérica. Para fines del siglo XIX Carúpano poseía un crecimiento muy activo debido a las exportaciones a Europa de productos en los rubros de cacao, café, caña de azúcar y el azufre extraído en la península de Paria y comercializado por una compañía alemana que obtuvo la concesión en el año 1807. El auge del comercio estimuló la presencia de distintos países que se vieron interesados en abrir sus consulados en la ciudad y es así como, para finales del siglo XIX, existían en Carúpano representaciones diplomáticas de al menos once países de Europa y América.

Seguramente estas condiciones económicas tan favorables fueron las que atrajeron a una considerable porción de comerciantes sefardíes provenientes del norte de Africa y con ellos a algunos melillenses, tales como Isaac Levy, Alberto Levy, José Levy, Moisés SerfatyCarciente y Rubén Chocrón, entre otros.

Rubén Chocrón, llegado a Carúpano entre los años 1880 y 1890, fue quien facilitó  la venida al país de su sobrino Elías Chocrón, padre del célebre dramaturgo Isaac Chocrón.

En 1908, siendo presidente el general Juan Vicente Gómez, este declaró a Maracay capital política de Venezuela y en 1909 se residencióallí, por lo que, a partir de entonces, el auge de Carúpano comenzó a decaer, induciendoa muchos comerciantes emprendedores radicados allía mudarse a Maracay. Este fue el caso de los melillensesRubén Chocrón y MoisesSerfatyCarciente;de tal manera que  cuando Elías Chocrón llegó a Venezuela, en 1921, ya su tío Rubén se había trasladado a Maracay donde era dueño de un establecimiento comercial, y con él se fue a trabajar.

Sabemos que Elías Chocrón posibilitó más tarde  la venida al país de sus hermanos y más tarde, mudado ya  a Caracas  en 1937, contribuyó durante sus múltiples viajes a Melilla a estimular la emigración de sus correligionarios melillenses y auspició con otros paisanos la fundación de una sinagoga  originariamente integrada por melillenses: la sinagoga Maguén David, en el año de 1976, a la que más tarde haremos referencia.

Por otra parte no podemos olvidar tampoco  que, en las primeras décadas del siglo XX, el melillense MimónCarciente, abuelo de nuestro connotado investigador del sefardismo en Venezuela, Jacob Carciente, se radicó en Ciudad Bolivar, mientras que  el melillense Félix Benarrochse instaló  en la Guaira, al igual que tantos otros sefardíes originarios de Marruecos, tales como los Taurel, los Benatar y los Bentolila.

Sin embargo, fue en Caracas donde se residenció uno de los más antiguos emigrantes melillenses quien, juntamente con Rubén Chocrón, constituyeron los dos principales iniciadores de las ulteriores migraciones  a Venezuela desde Melilla. Se trata de José BendayánBenaím, quien arribó a La Guaira entrelos años 1880y 1890.

José Bendayán  estableció su primer negocio de adornos, denominado La Linda, situado en la Esquina de San Jacinto. Su posición le permitió posteriormente facilitar el arribo de sus sobrinos Isaac BendayánBoaziz(a quien terminó asociando en su floreciente establecimiento), y Sady Sultán Bendayán, quien llegó en 1938, durante la guerra civil española (1936-1939), huyendo del acoso del que fue objeto por parte de los falangistas leales al régimen de Franco, por causa sus convicciones republicanas.Llegado a Venezuela se estableció independientemente en Caracas con un negocio de adornos que llevó el nombre de  “S. S. Bendayán” , situado cerca de su tío José, frente al mercado de San Jacinto.

Sadia SultánBendayán.a su vez, hizo posible la llegadaa Caracas de dos de sus sobrinos: mi padre, Abraham(Alberto) Chocrón Sultán, en 1939,y AbrahamSultán Sultán, en 1945. Este último tuvo una relevante trayectoria dentro de la dirigencia comunitaria judía de Venezuela y la ingente generación de empleos resultante de su cadena de cincuenta y tres tiendas de adornos, y su fábrica de bisutería a la que se sumó posteriormente la conocida cadena de tiendas Grafitti, le convirtió probablemente en el mayor empleador de los inmigrantes sefardíes provenientes de Melilla y Marruecos.

A la luz de un somero examen de las corrientes migratorias a Venezuela desde Melilla pudiéramos esbozar las conclusiones siguientes:

1º) Las iniciales inmigraciones efectuadas durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX fueron esporádicas, compuestas por individualidades que retornaron a Melilla, como es el caso de Isaac Levy desde Carúpano, o bien permanecieron en estas tierras americanas, no sin perder contacto con su originaria patria chica norteafricana.

2º) La segunda inmigración,  que podríamos tentativamente determinar entre 1936 y 1939 estuvo compuesta principalmente por disidentes políticos dispersos a causa de la guerra civil española.  Es de señalar que, debido a que el año 1939, fin de la guerra española, señaló a su vez el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, no hubo movimientos migratorios hasta el fin de esta guerra, es decir hasta 1945,  debido a la consecuente peligrosidad de las travesías trasatlánticas.

3º) Una tercera corriente migratoria que pudiéramos fijar entre 1945 y 1960, integrada por melillenses impulsados generalmente por el deterioro económico de la postguerra y las oportunidades de trabajo que les brindaban sus amigos y familiares que ya estaban residenciados en Venezuela, a los cualesse aunaban, sobretodo en las fechas más tempranas de dicho período, algunos rezagados disidentes y perseguidos políticos del régimen franquista quienes habían tenido que soportar en su totalidad la guerra civil española, (como es el caso de los melillenses Julio Herranz, Enrique Benhamú y José Mahfoda entre otros).

Entre los inmigrantes tardíos llegados a fines de este periodo, cabe señalar la llegada a Venezuela en 1958 de Sadia CohénZrihen,  uno de los inmigrantes melillenses más destacados de la comunidad judía venezolana; empresario, industrial,  e impulsor de importantes obras sociales y de beneficencia, gracias a cuyos auspicios se fundó la Casa de Melilla en Caracas.

3º) Finalmente podríamos señalar una tercera inmigración, la más numerosa de todas, localizada tentativamente en un período comprendido entre los años de 1960 y 1975, producida como consecuencia, principalmente, de las grandes penurias de la postguerra española, las cuales provocaron  una emigración masiva de españoles que se dispersaron en esta época por  Europa (Alemania, Suiza, Bélgica etc) y por América (Méjico, Argentina, Venezuela), y que, en el caso de los inmigrantes melillenses, fue particularmente estimulada, al igual que las dos inmigraciones anteriores, por las expectativas económicas y oportunidades de empleo ofrecidas en muchos casos por aquellos correligionarios melillenses  que antes que ellos habían ya inmigrado a estas latitudes trasatlánticas, como ya habíamos expresado.

Cabe mencionar que, durante las últimas dos inmigraciones, si bien la mayoría de los melillenses se radicaron en Caracas, hubo también quienes se dispersaron por otras ciudades importantes, tales como Maracaibo, San Cristóbal, Maracay, Valencia y Porlamarentre otras.

Llegado a este punto merece la pena subrayar que la emigración de los melillenses a Venezuela llegó a ser de tal relevancia que, siendo Presidente Marcos Pérez Jiménez, en el año 1954 se estableció en Melilla, un Consulado Honorario de Venezuela, el cual estuvo funcionamiento hasta el año 1976 y fue desempeñado por el señor Abraham SerfatyBenaím, respetado empresario melillense y directivo de la comunidad hebrea de Melilla.

Cabe igualmente destacar que a fines de este período, concretamente en 1976, tuvo lugar la inauguración de la Sinagoga Maguén David, a instancias de Jacob Benzaquén , la cual fue construida gracias a la importante iniciativa de sus hijos y la colaboración financiera de muchos otros paisanos melillenses. Este lugar de culto religioso dirigido desde sus inicios por el Rabino YehoshúaBenzaquén, así como un centro de estudios judaicos,fundado años después  por el rabino Yosef  Benzaquén, conocido como “ColelNahalatYaacob”, forman parte integrante, en la actualidad, de las instalaciones de un edificio levantado en 1994 con el auspicio principal de los  inmigrantes melillenses y ha venido reuniendo desde su fundación, bajo la directiva principal de David Benzaquén y RajaminChocrónBenguigui, a un considerable número de coterráneos y descendientes de estos.

Finalmente un recuento comparativodel grueso de las migraciones melillenses y las provenientes de Marruecos nos permite observar que las características de ambas difieren en muchos aspectos, ya que se producen como resultado de circunstancias histórico-sociales distintas.

Por una parte, las  inmigraciones melillenses se produjeron, en su generalidad, sobretodoa partir de 1945 aproximadamente, a causa de las grandes penurias de la postguerra española que diezmaron a la población hispana y no menos a una considerable porción de la comunidad hebrea de Melilla, acuciada, como la mayoría de los españoles en aquellos difíciles tiempos, por la escasez de recursos económicos, provocando, como antes mencionamos,  una emigración masiva, hacia Israel y  Venezuela principalmente. Un considerable número de inmigrantes melillenses solía llegar a Venezuela en estado de soltería  y viajara su ciudad natal con cierta regularidad para visitar  a sus padres, hermanos y demás parientes, e incluso en algún momento, para tomar  allí esposa, o si no, en Tetuán  o en alguna otra localidad de Marruecos, acorde a su fe judaica y sus tradiciones religiosas. Son casi proverbiales las historias ejemplarizantes de todos estos  jóvenes inmigrados quienes trabajaron duramente con el principal y único propósito de enviar todo o casi todo el dinero que ganaban, a menudo  haciendo grandes esfuerzos, a sus madres, padres, hermanos  y familiares necesitados de Melilla.

Esta situación varió parcialmente a partir de 1960aproximadamente, en razón de que para esta fecha la comunidad hebrea venezolana había alcanzado un nivel de desarrollo demográfico que permitía a los jóvenes melillenses escoger pareja en el seno de su comunidad local sin necesidad de trasladarse al exterior.

Las inmigraciones marroquíes, por su parte, son consecuencia, en primer lugar, de la conmoción social producida por la Independencia del Reino de Marruecos, en 1956, y en segundo lugar, desde 1967, a raíz de  los disturbios populares ocasionados contra la población judía marroquí como consecuencia  de la guerra de los Seis Días. En consecuencia, estos inmigrantes llegaban generalmente, ya fueren casados o solteros, con sus respectivas familias,cónyuges, padres, abuelos, hijos y nietos, animados por el firme propósito de mudar sus hogares de la manera más inmediata,y sin retorno posible, a estas tierras americanas.

Ciento veinticinco años de presencia melillense en Venezuela se han traducido en importantes contribuciones a la noble y generosa sociedad venezolana que los acogió en su seno. La impronta dejada en Venezuela  por poco más de tres generaciones de inmigrantes y sus descendientes nacidos en esta hospitalaria tierra americana se evidencia en sus múltiples y significativos logros en todos los ámbitos del quehacer venezolano, tanto en la industria y el comercio, como en los ámbitos profesionales, académicos y culturales entre los que sobresale la figura del dramaturgo Isaac Chocrón, a quien hicimos alusión anteriormente, nacido en Maracay y de padres melillenses, considerado como uno de los más importantes dramaturgos venezolanos.  Es de destacar igualmente al Dr. AkibaBenarrochLasry,  quien desarrolló una brillante trayectoria como médico ginecólogo y escritor, y a su hermano José BenarrochLasry, reputado industrial, ambos  connotados líderes comunitarios ya fallecidos e hijos del memorable filántropo radicado desde su temprana niñez en Melilla, don YamínBenarrochBenzaquén.Asimismo cabe destacar la figura de Jacob CarcienteHachuel, ingeniero civil,  docente universitario, infatigable escritor e investigador del sefardismo en Venezuela y autor de un importante libro sobre vialidad, quien,aunque nacido en la ciudad de Tánger no sólo es descendiente de melillenses como era MimónCarciente, a quien antes se hizo referencia, sino que,al igual que el Dr. AkibáBenarroch, él mismo se ha venido considerando  melillense, ya que la mayor parte de su niñez y su adolescencia transcurrió en Melilla.

De igual manera son dignos de  mención especial por sus reconocidas trayectorias como líderes institucionales, Perla Bittán de Hazan, representante del Centro de Estudio e Investigación del Holocausto “YadVashem” para España e Iberoamérica; el reconocido empresario y filántropo  Sadia Cohen Zrihen,presidente de la fundación Don Juan de Borbón  España-Israel, a quien antes se hizo alusión; David BittánObadía, expresidente de la Confederaciones Israelitas de Venezuela; el odontólogo Elio SerfatyKapusta, expresidente de la organización mundial KerenHayesod, el economista Elías Sultán Morely, presidente actual de la Asociación Civil Hebraica y Moisés Bittán Sultán, dirigente empresarial y gremial, actualmente Presidente de la Cámara Venezolano Peruana de Industria y Comercio.En el ámbito religioso, además del Rabino YehoshúaBenzaquén, mencionado más arriba, destaca el Rabino Elías BittánBenzaquén, Director de Estudios Judaicos del Liceo comunitario Moral y Luces y profesor de la UCAB de Caracas. Por sus destacados méritos profesionales la Dra. Alegría Benguigui de Totah, médico oftalmólogo e hija del inmigrante melillense, coordinadora del curso de Oncología Oftalmológica de la Sociedad Venezolana de Oftalmología y fundadora de la subespecialidad de Oncología Ocular en Venezuela quien ha recibido varias distinciones internacionales y nacionales; entre ellas: el Premio Agustín Perret Gentil 1996, por el trabajo Retinoblastoma. Reporte de la consulta de Oncología Oftalmológica del Hospital F.A. Rísquez, y el Premio Nacional de Oftalmología José Manuel Espino 2012, ambos otorgados por la Sociedad Venezolana de Oftalmología.

En el ámbito académico destaca entre otros, la economista Sari Levy Carciente, hija de melillenses, ex decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), autora de varias publicaciones en revistas especializadas e Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas; y en literatura son dignos de mención Samuel Akinin, empresario, editor y escritor; la guionista, novelista y poetisa Sonia ChocrónBibas, y la escritora y poetisa Victoria BenarrochBenatar.

La historia de la inmigración melillense a Venezuela, en resumen, es el resultado de una  serie de oleadas migratorias concatenadas unas a otras,  desde las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, quehan venidoentrelazándose  a lo largo tres generaciones, reuniendo a un sinnúmero de parientes, allegados y amigos coterráneos quienes, unidos muy estrechamente a sus correligionarios sefardíes procedentes de Marruecos, no sólo por su confesión, sino por su cultura, tradiciones, uso y costumbres religiosas comunes, aunque  diferenciados de estos por su lugar geográfico de procedencia y su impronta española moderna, hicieron posible en este país la formación de un grupo social con sello propio y peculiarmente solidario y fraterno.