Por Andrea Hernández
Uno de los mayores exponentes internacionales de la música judeoespañola, reconocido por las autoridades sefardíes por su dedicación a la difusión de su cultura, estuvo en Venezuela para despedir por todo lo alto la XII Semana Sefardí de Caracas.
El sábado 20 de marzo, Paco Díez visitó Caracas para ofrecer un concierto en el Salón Jerusalem de Hebraica. El intérprete de romanzas y cantos sefardíes comenzó su trayectoria en 1975, tratando de recuperar, preservar y difundir la música tradicional de Castilla y León, aunque en sus recitales le gusta interpretar melodías y ritmos de otras regiones, en favor de la divulgación de la cultura musical ibérica.
—Pese a no ser judío, ¿cómo logra su identificación con la cultura sefardí?
—Es una buena pregunta. Durante un concierto en Chile, en 1997, me preguntaron si yo era judío, lo que me hizo reflexionar qué significa ser o no ser de una comunidad, si tu alma está y tu forma de ver la vida están ahí.
De hecho, un tercio de los españoles tenemos origen judío. La verdad es que me siento muy identificado tanto con la cultura sefardí como con todas las personas y amigos judíos que tengo en varios países.
—¿Cuándo fue su primer contacto con esta música?
—A principio de los ochenta escuchaba canciones de todo tipo y, a pesar de ser licenciado en Filología, siempre me interesó la cultura tradicional. Por provenir de un pueblo y ser hijo de labradores, he podido disfrutar de esos romances. Cuando por primera vez escuché, en Turquía, un romance cantado por una señora con un apellido muy español, pensé: ¡Esto es increíble! Luego, para 1986, en Estocolmo, conocí a alguien de la isla de Rodas que me hablaba en ladino y, como estudiante de lenguas románicas, comprendía todo muy bien. A partir de ahí me dediqué con más ganas, no con más trabajo, porque cuando a uno le gusta algo no se da cuenta del esfuerzo realizado. Eso es lo que me ha ocurrido y me sigue ocurriendo con esta maravillosa y riquísima cultura; al fin y al cabo, la música sefardí proviene de la península Ibérica, tamizada, enriquecida con diferentes sonidos; pero, básicamente es voz y percusión, la raíz más pura.
—Aparte de este evento, ¿qué otras actividades realizó en Venezuela?
—El lunes tuve un concierto didáctico para los alumnos en la Fundación Camerata de Caracas, sobre instrumentos musicales tradicionales ibéricos, específicamente de España y Portugal. Traje otros treinta y tantos instrumentos, aunque pequeños, para enriquecer la exposición.
—¿Qué espera que la gente recuerde de su presentación?
—Que sepan que hay no judíos —aunque seguramente de origen judío como yo— que llevamos el alma sefardí en el corazón.
Fuente: Nuevo Mundo Israelita