Con su vestido azul, infinitos rizos y sus inseparables instrumentos, el rik y el kashishi, llega la sonriente cantante israelí a la entrevista. Su nombre tiene un toque artístico: Mor Karbasi. Con solo mirarla se ve que es una mezcla sin igual.
Su padre judío de origen persa y su madre de origen sefardí, aunado a todas las influencias musicales y culturales que ha podido tener en sus cortos 25 años de edad, la han colmado de exuberancia.
Siendo la primera vez que visita Venezuela, conversó sobre los referentes del país y comentó conocer de la diferencia de clases sociales que existe, los peligros de Caracas, el Presidente, los paisajes y «la gente muy buena que te hace sentir como en casa».
A pesar de ser una pianista reconocida, Karbasi no toca el piano en sus conciertos. Cantando o al pie del piano confiesa sentir muchas cosas. Pero tras el cuestionamiento «¿cantar o tocar el piano?» se sorprende, y sonrojada, se decide por lo primero: «Cuando canto puedo expresarme, puedo echar mis emociones y así puedo vivir. Yo creo que sin cantar no puedo vivir».
Mor hace interpretaciones en varios idiomas, entre ellos el español antiguo. Le emociona entrar en contacto con el público venezolano porque aquí «la gente va a entender lo que ella canta », a diferencia de países europeos, por ejemplo.
En el portal web YouTube hay miles de visitas en los videos titulados con su nombre. El éxito internacional de su primer disco The beauty and thesea radica en las melodías y las letras que contiene.
El título responde a una canción inspirada en los rituales de las novias judías antes de la boda. «Es muy especial para mí. Está llena de símbolos», comenta refiriéndose al tema que destaca aspectos de la religión que practica.
«Lo que escribo y las canciones tradicionales que elijo cantar son muy inocentes y me encantan», aseguró la cantante, quien no abandona el candor en hebreo (su primer idioma), español, inglés o ladino.
En cuanto al ladino explicó: «Es un dialecto que va a morir pronto, por eso elegí cantar en ese idioma para que no desaparezca».
Además, la acompañan siempre en la creación de las piezas su madre y su esposo. «Mi madre me entiende mucho. Ella sabe qué letras escribir para mí y yo pienso la melodía en mi cabeza con solo leerlas», manifestó Karbasi.
La oficina cultural de la embajada de España trajo al país a una de las artistas israelíes más destacadas en el mundo.
Mor Karbasi compartió con su público venezolano todo su talento en vivo, en la sala Ana Julia Rojas de la Unearte, y en el teatro Jaime Zighelboim, de Hebraica.
Diario Tal Cua