LOS SEFARDIM DE INGLATERRA

Alfred A. Zara

No hay registro de la existencia de judíos en la Gran Bretaña en tiempos de los romanos, como sí los hay en países como España, Francia y Alemania. Los primeros judíos llegaron después de la conquista normanda en 1066. Guillermo de Normandía invitó a varios financistas judíos de Ruan a venir a Inglaterra.

Estos inmigrantes prosperaron en la isla, principalmente como prestamistas; pero, finalmente se convirtieron en blanco de los prejuicios de algunos nobles, endeudados con estos. Esto culminó con la expulsión de los judíos de Inglaterra en 1290. En los siglos siguientes, la única mención que existen de presencia de judíos tienen que ver con médicos de la Corte, o de músicos provenientes de Italia.

Tras la expulsión de los judíos de España en 1492 y de Portugal en 1497, y el establecimiento de la Inquisición, un grupo de mercaderes portugueses se establecieron en la Gran Bretaña, aparentando ser católicos, pero que consistían en marranos (conversos judíos), muchos de los cuales estaban prestos a volver al judaísmo.

En 1656, el rabino Manasé Ben Israel, de Ámsterdam, donde la comunidad de judíos marranos se había establecido tras huir de la Inquisición, y habían vuelto a su fe ancestral, hizo una visita a Inglaterra para tratar de persuadir al gobierno a permitirles a los israelitas reasentarse en el país. Ben Israel se reunió con Oliver Cromwell, quien estaba a favor de la idea, y después una comisión discutió el asunto, y luego anunció que el decreto de Expulsión de 1290 era un decreto real, y que ya no tenía ninguna relevancia.

Los mercaderes portugueses inmediatamente iniciaron un sinagoga en una casa y abiertamente volvieron al judaísmo. El rabino Menasé en persona ofició en una ocasión. Fueron los sefardíes los que establecieron la comunidad judía de Inglaterra, y durante los años muchos marranos se vieron atraídos desde España y Portugal, como una forma de evadir la Inquisición.
Muchos de los mercaderes portugueses eran prósperos y muchos alcanzaron posiciones prominentes en la sociedad británica. La comunidad sefardí planeó y erigió su primera sinagoga de Bevis Marks, en Londres en el año 1701.

Hubo refugiados askenazíes de Polonia y Alemania que recibieron ayuda de los sefardíes, y estos últimos se mantuvieron como el grupo predominante en la judería británica durante cien años, con apellidos como Montefiore, Disraeli, Mocatta, Lindo y Da Costa.

No fue sino hasta mediados del siglo XIX que la afluencia de refugiados de Polonia y de Europa del Este cambió la composición demográfica de la judería británica, y las familias askenazíes, tales como los Rothschild, se hicieron importantes. La comunidad sefardí continuó ocupando posiciones importantes en la sociedad británica; pero, fueron sobrepasados numéricamente por los askenazíes.

Alrededor de 1912, un nuevo flujo de sefardíes llegó en ese momento desde Turquía y Grecia, principalmente de Salónica. Debido al declive del Imperio Otomano y la ocupación de Salónica por parte de los helenos, un gran éxodo de sefardíes ocurrió, muchos de los cuales se fueron a Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Aquellos que llegaron a este último país conformaron una comunidad aparte de los de Bevis Marks, pero aceptaron la autoridad superior de esta.

Con la ayuda de Bevis Marks y de la Fundación David Sassoon, la comunidad oriental logró construir su propia sinagoga en el Holland Park de Londres, en 1928. Aunque ambas kehilot pueden trazar sus orígenes a los judíos de España y Portugal, solo la sinagoga de Holland Park mantuvo su conexión con el judeoespañol o ladino. La congregación de Bevis Marks tiene sus orígenes en el portugués, más que en el judeoespañol.

En estos momentos hay aproximadamente diez sinagogas sefardíes en Gran Bretaña, principalmente en Londres, pero la de Bevis Marks continúa dominando la sociedad sefardí de islas británicas.

Tomado de sephardicstudies.org