Shalom Marciano
En 1988, Daniel Eisenberg escribió acerca de la música andaluza en TheJournal of HispanicPhilology (El Diario de Filología Hispánica): «Esta música es uno de los vestigios más atractivos y sobre todo el menos conocido en Occidente, de una civilización muy refinada, la civilización hispanomagrebí, nacida de la fusión de culturas marroquíes y andaluzas y en la que Marruecos se convirtió en su heredera fundamental.
»La música andaluza-marroquí es, pues, una síntesis de tradiciones musicales árabes, beréberes y españolas. Es notablemente diferente de la música oriental».
La música andaluza vio una gran colaboración entre judíos y musulmanes y Marruecos contó con grandes autores, compositores e intérpretes judíos. Esta estuvo presente en todos los hogares marroquíes y en muchos argelinos y tunecinos. Ella nos interesa porque ofrecía y ofrece siempre un terreno particular de colaboración y de entendimiento entre judíos y musulmanes, tanto en Marruecos como en Argelia.
En la página web Damna.com (de los judíos originarios de Marruecos) podemos leer: «La coexistencia económica y profesional de las dos sociedades, donde la complementariedad era vital para las comunidades israelitas, multiplicó la ocasión de encuentros personales y culturales entre judíos y musulmanes. Estos encuentros
tuvieron por resultado el préstamo permanente de tradiciones orales y musicales por aficionados y profesionales judío».
Estos últimos años, los hebreos de origen marroquí reanudaron contacto con Marruecos y progresivamente su población redescubrió la música andaluza. La Orquesta Andaluza de Israel fue creada y ofrece nuevamente un ámbito de colaboración entre judíos y árabes. Los músicos musulmanes marroquíes se forman en Israel y los de Israel y de otros sitios se forman en el país norafricano.
En Marruecos redescubrimos con interés estos grandes autores-compositores e intérpretes judíos de África del Norte como Samy El Maghribi (1922-2008), SalimHalali (1920 – 2005) y muchos otros. Este país les rindió homenaje e hizo de ellos su patrimonio nacional del que se siente muy orgulloso.
En 2007, Maurice El Medioniestuvo en el corazón del encuentro de la música judeo-árabe en el IV Festival de Esauira (Mogador) con el cantor (paitán) israelí HaimLouk.
En 2008, el quinto festival de la misma localidad fue consagrado a la obra de Sami El Maghribi, su verdadero nombre era Salomón Amzallag, «El León de Marruecos». Su hija, Yolanda Amzalag, le producía sus discos junto a MaximeKaroutchi a quien encontramos a menudo en los canales de televisión y en los teatros de Marruecos con las orquestas andaluzas locales.
A título póstumo Samy El Maghribi fue condecorado con el wisam del mérito nacional de la Orden del Comendador otorgada por su majestad el rey Mohamed VI.
En la ocasión de su 80 aniversario, la televisión marroquí le consagró una emisión especial. Otra fue difundida en el momento de su deceso.
En sus exequias participaron el embajador Mohamed Tangi, que leyó versos del Corán, un director de cine argelino que prepara un film sobre Samy y el doctor Mohamed El Medlaui, musicólogo de la Universidad de Rabat, que estudió el patrimonio musical de los judíos de Marruecos y quien expresó en el homenaje: «Todos los marroquíes se vieron afectados por la muerte de Samy El Maghribi. Todos apreciamos y amamos a este intérprete de alto nivel, la calidad de su música y la riqueza de su repertorio. Más pasa el tiempo y más comprendemos la importancia de su influencia en nuestra música y nuestra cultura».
En 2005, Esauira rindió homenaje a un gran músico judeomarroquiargelino, SalimHalali (1920-2005), nacido en Annaba (Bone) en el seno de una familia judía de panaderos. A los catorce años emigró de Argelia a París. En 1938 se encuentra con MahiedineBachertazi y más tarde hace amistad con el cantante, humorista, autor y compositor Mohamed El Kamal. A raíz de este encuentro y de su colaboración, aparecen los primeros discos de Salim, con canciones como Munira ya munira, Nadera y Andalusia, que se convertirían en los más grandes éxitos de antes de la guerra, en África del norte.
Durante la ocupación, será salvado, bajo orden real, por el marroquí KadurBenghbrit, primer rector y fundador de la mezquita de París, que lo hará pasar por musulmán escribiendo el nombre de su padre sobre una tumba en el cementerio islámico de Bobigny. Algunos de sus más allegados fueron asesinados en los campos de exterminio nazi.
Después de la guerra Salim creó en París los cabarés orientales Ismailia Folies y Serail. La gran diva UmKeltum reconoce haber tenido una debilidad por su voz particular. En 1949 parte de Francia, para instalarse en Casablanca donde creó el cabaret oriental Le Coqd’Or.
El cantante argelino Akim El Sikameya contó: «Estoy fascinado por el intérprete judío SalimHalali. Es mi ídolo, mi referencia en la interpretación contemporánea de la música araboandaluza. En las bodas cantamos y bailamos con la música de SalimHalali. Él es parte de la raíces arabigoandaluzas y creó un parámetro que es argelino».
En internet hay una lucha feroz entre argelinos y marroquíes. Ambos quieren acapararse las obras de SalimHalali y de Samy El Maghribi. Cada bando grita: «Él es nuestro». En YouTube podemos leer algunos comentarios acerca del sentido de pertenencia que sienten por SalimHalali y Samy El Maghribi:
– «No sé porqué encontramos la necesidad de decir que es un judío argelino… SalimHalali es argelino, así de simple».
– «SalimHalali es marroquí, así de sencillo».
– «Es una herencia musical magrebí».
– «Argelino o marroquí es un grande».
– «Samy, una bella herencia musical marroquí».
– «Samy, uno de los mejores cantantes marroquíes».
– «Judíos y musulmanes de Marruecos trabajan juntos por la música y la paz».
– «Yo soy argelino y adoro a este cantante. Pongamos fin al odio entre judíos y musulmanes. Andaluz para siempre. Samy era el mejor».
Todo es expuesto para que la población marroquí conozca y aprecie a los grandes intérpretes judíos que salieron de Marruecos hace cincuenta años y que fallecieron en Israel, Francia o Canadá.
En Facebook, un musulmán marroquí, HassánZnati creó un sitio consagrado a la música judeo-árabe-andaluza. Así escribió: «Durante siglos, judíos y musulmanes vivieron lado a lado en Andalucía, en un mismo ambiente cultural, compartiendo el mismo gusto por las artes y la literatura que prosperaban en ese entonces. Fue la edad de oro de la Andalucía musulmana. La simbiosis cultural de dos comunidades operaba por los miembros de la elite que rivalizaban en todos los dominios: letras, filosofía, medicina, matemáticas.Muchas obras maestras de la cultura judía fueron, en principio, escritas en árabe como fue el caso de la obra de Maimónides, conocido entre los árabes con el nombre de AbúImranIbnMaimún. Los idiomas eran comunes y los judíos pasaban de uno a otro sin dificultad. El poeta judío IbnúSahl, escribió una recopilación entera de moaxajas, prueba del extraordinario grado de integración de las dos comunidades».
En YouTube podemos encontrar decenas de canciones de Samy el Maghribi, SalimHalali, Maurice El Medioni, Lili Boniche, RaoulJourno, Reinettel’Oranaise (Sultana Daud) Zohria El Fassia, Cheikh Raymond Leyris, Line Monty, LouisaTounsia, BlondBlond ( Albert Rouimi), Lili l’Abassi, MaximeKaroutchi y también de otros tantos. Estas canciones son comentadas por judíos y musulmanes de Marruecos, Argelia, Francia, Israel y de otros países.
Este fenómeno es equivalente a aquel que encontramos en ciertos países de Europa donde hay interpretaciones de alto nivel de la música judía sefardí, como el cedé de Diáspora sefardí del grupo español Hesperión XXI con Jordi Savall, Monserrat Figueras, BegoñaOlavide y YaírDalal, o el EnsembleAccentus de Viena con Thomas Wimmer quién realizó en 1996 un muy buen cedé sobre romances sefardíes.
La palabra sefardí es siempre empleada para presentar la música judía de la España medieval. En conclusión, el interés que existe en ciertos países de Europa por los romances ladinos y la música sefardí se reencuentra en África del norte, principalmente en Marruecos.
Los cantos en judeoespañol son siempre interpretados en Israel y fuera, en el mundo judío y gentil, pero se desconoce que cuentan también con un gran éxito en Marruecos. En este país observamos un renacimiento excepcional de la cultura judía, principalmente en el área de la música, actividad apoyada y estimulada por las autoridades.
La música judeomarroquí comprende los romances en judeoespaño del norte de Marruecos, la música andaluza con sus grandes intérpretes judíos y los piyutim (poemas litúrgicos en hebreo). Marruecos se siente orgulloso de este patrimonio que proclama como propio.
Escuchamos esta música en los diferentes festivales, en la televisión marroquí y en los escenarios de Casablanca, Esauira, Tánger, Tetuán, Fez, Rabat…
Los romances y baladas en judeoespañol eran cantados por los judíos del norte de Marruecos y he aquí que en los últimos años esta música salió del olvido, mostrándose interesada por ella la población musulmana.
La cantante judía colomboamericana Vanessa Paloma, nacida en Bogotá, la cual estudia y canta el patrimonio sefardí, pasó seis meses en Marruecos, en 2007, con el apoyo de las autoridades, para estudiar la herencia de la música judeoespañola del norte del país. Posteriormente ha regresado y permanecido en el territorio investigando regularmente en numerosas ciudades del reino alauita o jerifiano.
El 30 de mayo del 2008, Paloma ofreció el concierto Tres mujeres, tres culturas en Rabat, con la marroquí SamiraKadiri y la española BegoñaOlavide. Las tres cantaron en árabe, ladino, hebreo y español.
La televisión marroquí anunció efusivamente este concierto en las emisiones de noticias en árabe, español y francés con las siguientes palabras: «Hablaremos de este excelente trío musical establecido bajo el signo de la armonía entre civilizaciones. Nunca haremos lo suficiente para favorecer el diálogo entre culturas y religiones. Es acerca de la iniciativa de tres mujeres de culturas y horizontes diferentes».
»SamiraKadiri, una de las pocas cantantes líricas marroquíes, reunió con ella dos artistas líricas que recrearon, en un concierto, esta convivencia que existió en la Andalucía musulmana entre las tres religiones.
»En el repertorio arabigoandaluz de la cantante lírica marroquí SamiraKadiri, los cantos sefardíes de la colomboamericana Vanessa Paloma y el patrimonio musical judeocristiano español de BegoñaOlavide, esta música tiene acentos olvidados de Andalucía. Creeríamos entrar casi por ruptura en los jardines de la corte de Granada.
»Una misma voz para tres culturas, una voluntad muy femenina de favorecer el diálogo y la armonía entre los pueblos y las religiones, a través del medio universal de la música».
En el repertorio de SamiraKadiri, así como en el de otra gran cantante marroquí, Amina Alaoui, encontramos siempre romances y baladas en haketía de los judíos de Marruecos.
La cantante lírica francesa Françoise Atlan, originaria de Argelia, se forma en el marco del Festival de Música Sagrada de Fez en 2008, cantó Cuando el rey Nimrod en hebreo, ladino y árabe con la Orquesta Andaluza de Uchda y un hermoso romance ladino,El lazo de oro, cantada en otros tiempos en las bodas judías. En 2009 presentó otros dos cantos ladinos Naninani y Tzurmisheló en la televisión marroquí, con una orquesta andaluza-marroquí compuesta exclusivamente por mujeres.
El ensamble del israelí Yuval Ron, que vive en Los Ángeles, ofreció una representación en hebreo, ladino y árabe, este año, en el XV Festival de Música Sagrada de Fez.
En un mundo donde el lenguaje del odio parece dominar, esta pasión e interés por la música judía que encontramos en un país árabe y musulmán es importante de destacar. Marruecos se ve así misma tierra de tolerancia y trata de dar un ejemplo de entendimiento judeomusulmán.
Es un camino interesante por recorrer este de alentar el diálogo entre judíos y musulmanes y entre Israel y el mundo árabe.
Traducción del francés:
Alberto Benaím Azagury