Jordana Miller
Más de 250 mil judíos de Marruecos salieron rumbo a Israel entre los años 1947 y 1964. Allí se convirtieron en el grupo más grande de inmigrantes judíos de cualquier país árabe. Ahora se sabe que parte del éxito de la emigración se debió a diversos esfuerzos clandestinos para el contrabando judío fuera del país. Esa fascinante historia fue el centro de una exposición que se abrió en Aix En Provence. La respuesta a la pregunta de a qué se debe el interés francés por esta historia es porque muchos de estos inmigrantes judíos hicieron una parada en la ciudad portuaria de Marsella.
Una interpretación de melodías judías marroquíes abrió la exposición en el Centro Cultural Darius Milhaud, de Aix en Provence.
Nacido en Marrakech, el rabino Jaim Harboun creció escuchando y cantando canciones litúrgicas en jaquetía, que es una mezcla de hebreo con árabe y español. En este sentido, Robert Wildau, miembro de la junta directiva del centro Darius Milhaud, dice: «El ladino (así como el jaquetía) es al español lo que el yidis al alemán. En otras palabras, es la lengua vernácula judía de las personas en todas partes en la diáspora hispana, las personas que salieron de España en 1492 y se extendieron por todo el norte de África».
En la década de 1930, la familia del rabino Harboun vivía en relativa paz en Marruecos y eran parte de una antigua comunidad judía que había sobrevivido a las dificultades de más de 1.800 años con diferentes gobernantes cristianos y musulmanes. Pero, la larga estancia de la comunidad comenzó a desmoronarse muy rápidamente después de la sorprendente victoria de Israel sobre sus enemigos árabes en 1947.
«Debido a la creación del Estado de Israel, la vida de todos estos judíos en el mundo islámico ha cambiado. Llegó a ser muy duro quedarse allí, incluso peligroso», sostiene Iris Vettel, profesora de Historia Judía.
Al igual que los judíos en Egipto y Túnez, los de Marruecos se convirtieron en blanco de la violencia por los árabes locales empeñados en la venganza.
La Agencia Judía intervino para trasladar a los primeros hebreos de Marruecos a Israel por Casablanca, negociando su salida con las autoridades coloniales francesas.
La emigración era legal entonces; pero, por temor a la persecución y a la cárcel, muchos judíos decidieron dejar el país y refugiarse en Argelia.
Moshe o Moïs Obadia, presidente de la comunidad judía de Uchda (al oriente de Marruecos), fue uno de los primeros líderes de la emigración clandestina a Israel. De su labor, Alain Benhamou, nieto del activista recuerda: «Lo hacía de forma clandestina, nadie lo sabía, fue a Israel alrededor de 1951. Ni siquiera mi abuela, ella ni nadie lo sabía. Iba a Israel para organizarlo todo y para asegurarse de que la gente que dejaba Marruecos llegara allí».
Obadia trabajó con funcionarios israelíes, cuatro años antes el Mossad estableció sus propias operaciones encubiertas de rescate en Marruecos. Arriesgó su vida llevando a grupos de judíos a la frontera de Uchda a Argelia, a unos 13 kilómetros de distancia.
«Era muy difícil hacer eso, ocultar una gran cantidad de judíos, para cruzar la frontera. Así que el propósito de Moshé Obadía, el papel de este hombre, mi abuelo, era hacer eso. Era muy peligroso», añade Benhamou.
Una vez que Marruecos obtuvo su independencia de Francia en 1956, el nuevo gobierno prohibió la emigración judía y dejó en claro que los judíos no eran bienvenidos. Con respecto a esto, el rabino Jaim Harboun, recuerda: «No podían quedarse a vivir con los árabes. Los árabes cerraron todas sus instituciones a los judíos. Por ejemplo, no había manera de conseguir un pasaporte o un documento de identidad. No había ninguna posibilidad».
El rabino Harboun dejó Marrakesh en 1956 ante las puertas cerradas de emigración. Se detuvo en París para formarse como rabino y más tarde sirvió a la comunidad de Aix En Provence.
Entre 1947 y 1956, se calcula que 90 mil judíos de Marruecos habían emigrado, principalmente a Israel, pero más de 160 mil se mantuvieron, incluyendo a los padres del rabino Harboun.
El Mossad –la joven agencia de espionaje de Israel–, en 1956 decidió poner en marcha una operación masiva encubierta para rescatar a los judíos en peligro.
Con nombre en código «Operación Yachin», nombre bíblico de un pilar que sostenía el Primer Templo, un grupo agentes secretos llevaron casi 80 mil judíos a Israel en 1961.
El Mossad encontró líderes hebreos locales en las principales ciudades de Marruecos para ayudar en la falsificación de documentos seguros y otros medios necesarios para el contrabando de jóvenes y viejos.
Algunos de estos activistas judíos fueron encarcelados por sus actividades ilegales.
Varios buques navegaban ilegalmente desde las costas magrebíes a Marsella, Francia y desde allí al puerto de Haifa.
Pero, el trágico naufragio del buque Egoz en 1961, expuso los esfuerzos de la emigración ilegal y los puso en los titulares internacionales.
Unos 44 judíos se ahogaron y el Mossad descartó todo barco clandestino a partir de entonces.
El lado positivo es que la presión internacional convenció al nuevo rey Hassan II de Marruecos de negociar con el Mossad y permitir que los judíos restantes se fueran.
Uno de los judíos más famosos que emigraron de Marruecos en la década de 1950 es Amir Peretz, quien se convirtió en ministro de Defensa de Israel en 2006 y más tarde en viceprimer ministro. Hoy es probablemente más conocido como el campeón del Sistema de Defensa Cúpula de Hierro, que es el sistema que derriba misiles en pleno vuelo.