II Cumbre de la Plataforma Erensya se realizó en Estambul

Hacia la cooperación intercomunitaria en rescate del LEGADO JUDEOESPAÑOL

Natán Naé / Fotos: Enrique Levy-Oved

Veintiuna comunidades, once instituciones que preservan el legado sefardí y nueve entidades del Estado español se vieron representadas en Estambul en la celebración de la II Cumbre de la Plataforma Erensya, iniciativa del Centro Sefarad-Israel para promover el intercambio cultural, la conservación de las judeolenguas y la renovación de los lazos entre la diáspora sefardí y España.
La comunidad judía de Venezuela estuvo representada por Sylvia Albo, vicepresidente del Centro de Estudios Sefardíes de Caracas; por Alberto Moryusef, directivo del Museo Sefardí de Caracas Morris E. Curiel y Néstor Garrido, director de la revista Maguén-Escudo, quienes tuvieron oportunidad de intercambiar experiencias y enseñanzas con sus pares de Israel, México, Argentina, Colombia, Brasil, Chile, España, Marruecos, Bulgaria, Grecia, Macedonia, Francia, Bosnia-Herzegovina, Estados Unidos, Holanda, y por supuesto con sus anfitriones: los judíos de Estambul y Esmirna, que brindaron un ambiente propicio para el intercambio, a pesar de que la cumbre coincidió con el inicio de las protestas de los jóvenes turcos contra las medidas antilaicistas que está adoptando el gobierno del presidente Erdogan.
Esta es la segunda oportunidad en que las comunidades sefardíes se reúnen en la Plataforma Erensya, bajo el amparo de la Casa Sefarad-Israel, luego de que en el 2011 se realizó en Sofía y Plovdiv (Bulgaria) un encuentro similar.
En Estambul, los organizadores y anfitriones brindaron oportunidades para que los visitantes conocieran y compartieran con los judíos locales, herederos de la cultura judeoespañola, no solo mediante el intercambio intelectual, sino por medio de su gastronomía, sus costumbres, sus canciones y un detenido recorrido por las kalejas por lo que alguna vez fueron barrios judíos pujantes, como Balat y Gálata. Asimismo, los integrantes de la Plataforma Erensya tuvieron varias sesiones de trabajo, en el que hubo discusiones en temas como educación y juventud, comunicaciones y nuevas tecnologías, identidad y memoria, y tradición y cultura, distribuidos en cuatro mesas, en las que se concluyó básicamente en aprovecharse de la Internet para libre intercambio de información y formación, tal como se evidenció en una plenaria celebrada en los salones de la sinagoga Nevé Shalom, la misma que ha sufrido dos ataques terrorista, en 1986 y en 2003.
La segunda parte del programa se desarrolló en el seno de la comunidad judía de Esmirna, en la península de Anatolia, donde una pequeña pero entusiasta kehilá se ha dado a la tarea de rescatar el legado arquitectónico de sus siete sinagogas, para lograr un extraordinario resultado para la preservación de la memoria. También en esa ciudad universitaria tuvo lugar un interesante sesión de presentaciones de las diferentes comunidades, en las que se habló de proyectos e investigaciones que se han llevado a cabo en todo el mundo con respecto a la cultura sefardí.
Como toda reunión de judíos, la II Cumbre de la Plataforma Erensya estuvo coronado con varios conciertos: uno por parte de Los Pásharos Sefaradís, dueto compuesto por Izet Bana y Karen Gershon Sarhon, que se paseó por un amplísimo repertorio de canciones en judeoespañol, muchas dadas a conocer por ellos mismos. Sarhon, a pesar de pasando por un momento familiar difícil, compartió no solo su talento, sino también el lanzamiento del número 100 de suplemento El Amaneser (sic) del periódico judío local Salom. En Esmirna, las cantantes Linet Saúl (quien estuvo en Caracas en ocasión de la XIII Semana Sefardí de Caracas) y Liliana Benveniste, directora del portal E-Sefarad, de Buenos Aires, completaron los cuatro días de la programación oficial de la cumbre.
La II Cumbre de la Plataforma Erensya fue posible gracias a la cooperación del Sentro Sefardí de Estambol (sic), la Asociación Cultural Sefarad de Esmirna, el Instituto Cervantes, la Fundación Tres Culturas, de España; la Red de Juderías; la Fundación Don Juan de Borbón España-Israel, las autoridades diplomáticas españolas en Turquía, el Ayuntamiento de Esmirna y, por supuesto, el Centro Sefarad-Israel, por medio de sus representantes, encabezados por Miguel de Lucas, su presidente, y la inestimable cooperación de Esther Bendahán y Fernando Martínez Vara del Rey.