Organizada por la AIV, con la intensa participación de su presidente, Haim Bentolila, y del ncargado oficial de la actividad, Arie Cohén, la hilulá de rabí Shimón Bar Yohai se celebró en la Quinta Monteverde, con premios especiales y la actuación del cantante israelí Ouri Gan, quien vino especialmente para animar a los presentes hasta altas horas de la noche.
Como todos los años se subastaron velas ornamentales decoradas por las damas de la Jevrá Kadishá del Comité de la Hilulá 2011, quienes se reunieron días antes para efectuar ese hermoso trabajo que compartieron con jóvenes señoras que se están incorporando a esta noble labor. La variada decoración de las velas representa diferentes regiones del mundo, con los nombres de los tzadikim el pueblo judío. También algunas personas adquirieron cuadros donados por artistas de la comunidad, artículos religiosos y piezas de decoración. La velada estuvo acompañada de un delicioso menú estilo israelí y marroquí, escogido especialmente por los organizadores. Con un evento en el que los detalles se cuidaron con tamaño esmero era imposible no pasar un rato agradable, entre amigos y familiares.
Un poco de historia:
La fecha que se conmemora con este evento marca el fin de una epidemia que diezmó a la oblación judía en la Palestina de los tiempos de los romanos, Bar Kojbá y rabí Akiva. En Israel, en Merón, las tumbas de los tzadikim convocan a miles de personas el día de Lag BaÓmer, y en el Marruecos de antaño, del que son oriundos buena parte de los miembros de la AIV, se acostumbra peregrinar a la tumba de rabí Amram Ben Diwán. Hoy en día son muchos los israelíes que acuden a la hilulá, con el fervor y la emoción de quienes confían que el mérito de los tzadikim es un aval para nuestras peticiones al Todopoderoso.
Diana Ponte