Una jornada dedicada a la ciudad de Melilla en la que se pudieron escuchar ponencias de especialistas sobre los diversos aspectos sobre este enclave español en Marruecos
Nuevo Mundo Israelita
El nombre de Melilla no es extraño en la comunidad judía de Venezuela. Pero si a alguien le quedaba alguna duda en torno a este lugar, la pudo despejar cómodamente en el evento que el Museo Sefardí de Caracas Morris E. Curiel de la Asociación Israelita de Venezuela realizó el domingo 18 de octubre en su sede de Maripérez: «Melilla y Venezuela: una antigua amistad», enmarcado en el programa Luces y sombras de la emigración en Venezuela, organizado por la embajada de España en nuestro país.
Priscilla Abecasis fungió de maestra de ceremonias, y en su saludo y presentación lamentó la ausencia de un embajador de Israel en Venezuela; a continuación cedió la palabra el embajador de España, Antonio Pérez Hernández Torres, quien acusó el honor que significaba para él inaugurar este acto, el cual tuvo«como principal objetivo reivindicar la vida, el compromiso y el sacrificio de los judíos sefardíes que emigraron desde Melilla y llegaron a estas tierras venezolanas».
Acto seguido Salomón CohénBotbol, presidente de la AIV, señaló su alegría por conmemorar «la gran amistad existente entre Melilla y Venezuela, pero más que eso, estamos honrando la relación histórica, geográfica y de sangre que tiene el pueblo judío con España. Nosotros nos llamamos con orgullo judíos sefardíes, entiéndase españoles. No es un sobrenombre como el que acostumbran ponerle a todo ciudadano que se preste de ser melillense; es un título, y aclaro, un título honorífico que tenemos los descendientes de España». Aprovechando la presencia del embajador de España, CohénBotbol envió «nuestro más cariñoso agradecimiento a su majestad el rey y a todos los que estuvieron involucrados en esta acción de toma de justicia», refiriéndose a la aprobación de la ley que otorga la nacionalidad española a los descendientes de los judíos víctimas de la expulsión de 1492.
Luego vino el plato fuerte del día, representado por La huella sefardí en Melilla, 150 años de aportación judía, conferencia dictada por María Elena Fernández Díaz, historiadora de la Asociación Socio-Cultural MemGuímel, con sede en esa ciudad, quien fue la invitada especial para la ocasión. Sus vastos conocimientos sobre la ciudad la han llevado a distintos puntos del mundo para dar a conocer lo que Melilla atesora, y mucho de eso dejó ver en su intervención, la cual comenzó haciendo un recuento histórico que se remontó a 1497, origen de Melilla como ciudad. Se paseó por su geografía, señalando los contrastes que en ella coexisten, y recordó la condición de presidio que la caracterizó hasta 1864, cuando comienzan a entrar los primeros judíos. Adicionalmente, señaló que Melilla “es una ciudad multirracial, multicultural, donde conviven musulmanes, cristianos, hebreos, hindúes, gitanos; es una ciudad donde se respira españolidad”, mientras refería diversos aspectos de la urbe como el comercio, las berberiscas, los primeros melillenses venidos a Venezuela, y la mención a YamínBenarroch como uno de los grandes benefactores de la ciudad. Mientras esto sucedía, se iban proyectando imágenes que ilustraban su exposición, las cuales levantaron un corrillo entre el público: se trataba de un grupo de ancianos que, manifiestamente emocionados, evocaban sus lugares de origen al verlos.
Por supuesto, Fernández Díaz no dejó de lado la arquitectura modernista melillense, la segunda más importante en España después de Barcelona y la primera de África, «una arquitectura maravillosa, por eso se dice que Melilla es para ir mirando hacia arriba, no hacia los pies, para así ver los edificios maravillosos que tenemos», dijo la historiadora.
Luego de una desenvuelta exposición, tocó el turno a José ChocrónCohén, presidente de la Casa de Melilla en Venezuela y autor de numerosos libros, quien comenzó su intervención proyectando un breve video sobre la ciudad proporcionado por Fernández Díaz. Tras 4 minutos mostrando imágenes de los iconos melillenses al compás de una soberbia música, una salva de aplausos dio paso a la intervención de Chocrón, quien refirió que en Melilla «trascurrieron los días más luminosos de mi infancia, y guardo de ella recuerdos muy entrañables». Luego Chocrón pasó a referir la composición demográfica y la multiculturalidad de lugar, para luego señalar que el vínculo con Venezuela comienza con Francisco de Miranda, quien participó en la defensa de la ciudad entre diciembre de 1774 y marzo de 1775, con 24 años de edad y como soldado de la Corona española, mientras era asediada por las tropas del sultán de Marruecos.
Otro año que relaciona Melilla con Venezuela, específicamente con Caracas, es el 2007, cuando hubo un convenio de hermandad —auspiciado y apoyado por SadyCohén, uno de los prominentes melillenses radicados en nuestro país— y se develó un busto de Francisco de Miranda esculpido por el artista Antonio Colmeiro, obsequiado por el Ayuntamiento de Melilla a la Alcaldía de Caracas. Refiere Chocrón:«En esa ocasión vino el presidente de la ciudad autónoma de Melilla, Juan José Imbroda Ortiz, y hoy ese busto es visible al público frente al Palacio de las Academias, en el centro de Caracas. El texto de la placa es elocuente: “Como muestra de gratitud, respeto y cariño al pueblo de Venezuela, por la fraternal acogida que siempre ha dispensado a los melillenses”».
Chocrón se refirió también a los primeros judíos que llegaron al país por Carúpano, y las oleadas migratorias posteriores. Adicionalmente, hizo mención de algunos de los personajes melillenses más destacados en nuestro país. Para cerrar leyó dos poemas referidos a la ciudad de Melilla, y el público tuvo oportunidad de manifestar sus inquietudes a los dos expositores.
A continuación se procedió a inaugurar una pequeña exposición que muestra personajes y objetos característicos de la ciudad de Melilla. Luego del almuerzo, se iniciaron las conferencias de la tarde.
Un poco antes de lo agendado comenzó una nutritiva mesa redonda que abordó la experiencia melillense desde lo anecdótico. Con el nombre de «Melilla de mis recuerdos», Abraham Chocrón Murciano, Samuel Akinin Levy y el característico humor de Momy Sultán Sultán acompañaron en el micrófono a María Elena Fernández, José Chocrón y Abraham Levy Benshimol en la reconstrucción de añoranzas y en la reflexión de la huella judía que impregnó ese pedacito de tierra ibérica. El público participó activamente en la charla, aportando ideas que le dieron tridimensionalidad al encuentro, dejando en el ambiente un grato sabor de boca y anhelos por más.