Por Néstor Luis Garrido
Rescatar, investigar, difundir y preservar el acervo cultural sefardí son los objetivos del Centro de Estudios Sefardíes de Caracas, que cumplió el 8 de junio 30 años de actividades como institución cultural de la Asociación Israelita de Venezuela.
Ante la evidente disminución de la población judía en Venezuela y la situación general de hostilidad hacia los valores del judaísmo en el país, instituciones como el Centro de Estudios Sefardíes de Caracas ya no son necesarias, sino indispensables para el registro del paso y del aporte de la comunidad a la sociedad venezolana, así como también para tender puentes entre el adentro y el afuera, de manera tal que se reconozcan en esos ámbitos los aportes históricos que han formado la idiosincrasia tanto de la comunidad como de la sociedad en la que vivimos.
Experiencias como las que se vivieron en la XII Semana Sefardí, sobre la Inquisición, en la que se develaron la influencia de los conversos en la concepción moderna del Estado, y en cómo se formó el espíritu independentista a partir del pensamiento de los marranos hacen evidente que la sociedad venezolana tiene mucho del pasado judío que se heredó vía España.
Así como en el mundo las judeolenguas de origen español, como el jaquetía y el ladino, cada día tienen menos hablantes, así también hay un inusitado interés por estudiarlas y divulgarlas.
Surge pues la necesidad de registrar y preservar estas variantes dialectales. Los lingüistas investigadores, judíos y gentiles, se han abocado al estudio del judeoespañol y a sus creaciones literarias y folclóricas. El CESC, por medio de Maguén – Escudo, les da la oportunidad para publicar los resultados de sus investigaciones, que de otra manera quedarían condenados a la sombra de los anaqueles de sus respectivas universidades. Como centro de investigación, el CESC incentiva a estudiantes universitarios a emprender estudios sobre la cultura judía y sefardí, ya sea como parte de sus actividades normales o como parte de sus tesis de grado. Igualmente, apoya a los investigadores en filosofía, lingüística, historia, genealogía, literatura y sociología con libros y asesorías directas, así como también con el esfuerzo enorme que representó colocar todas las ediciones de Maguén – Escudo en línea, y ponerla a disposición de todos. Las cátedras de estudios judaicos, tanto de la Universidad Católica Andrés Bello como de la Universidad Central de Venezuela –con quien la AIV firmó un convenio–, han recibido el apoyo del CESC en cuanto a materiales, ponentes y docentes. En esta última casa de estudios, el CESC ha abierto cursos de actualidad, historia, pensamiento y literatura del pueblo judío, como parte del programa de lecturas dirigidas de la Escuela de Letras, al que pueden asistir estudiantes de otras facultades.
En los últimos años, el CESC ha enfocado parte de sus esfuerzos a la preservación del cementerio judío de Coro, y con la ayuda de la Constructora Sambil y de la Fundación para la Preservación del Patromonio Judío Falconiano, que preside Hermann Henríquez, se ha logrado recuperar parte de la infraestructura. En este momento, la tarea que se ha propuesto el Centro es la restauración de las tumbas de los primeros judíos que se asentaron en Venezuela.
El reto próximo que tiene el CESC es la consecución de un fondo editorial para una serie de investigaciones, llevadas a cabo en Venezuela y en otros países, que ya se han realizado y que están a la espera de publicación.
Algunas de estas investigaciones revisten interés no solo para la cultura sefardí, sino para el judaísmo en general, lo que ayudaría a cumplir con una de las metas del CESC, como lo es la difusión del acervo cultural. Igualmente, la aspiración de una sede propia y funcional para la biblioteca del Centro de Estudios Sefardíes de Caracas, que en estos momentos cuenta con una colección de títulos bien representativa de la cultura judeoespañola, forma parte de las futuras metas del CESC. Asimismo, la exhibición de exposiciones promovidas continentalmente por Federación Sefaradí Latinoamericana y el Casa Sefarad- Israel, de España, están en los planes próximos de esta institución.
Capítulo aparte merece la revista Maguén – Escudo en cuanto a la difusión de la cultura judía. En sus 156 números, se ha convertido en una referencia obligada para investigadores e interesados, y ha logrado reunir en sus páginas lo más representativo del mundo académico.
La preocupación de hallar una generación de relevo a su fundador, el doctor Moisés Garzón Serfaty, se ha disipado con la incorporación de un grupo de profesionales y voluntarios que se han comprometido con su continuidad; falta acometer una estrategia publicitaria que le dé sustentabilidad, sobre todo en momentos de crisis económica, para lo que se plantea la ampliación de su público lector a toda la comunidad judía, lo que la haría más atractiva a los anunciantes. Se haría de esta forma justicia con aquellas familias de cultura judía mixta, askenazí y sefardí, que comporta la tendencia actual de la comunidad judía de Venezuela: una cultura en la que coexisten en yidis, el jaquetía y el español venezolano en la misma mesa.
El CESC entiende que las actividades deben ir más allá: así ha organizado lecturas de poesías –como la que se llevó a cabo con motivo del 950 aniversario de la muerte de Ibn Gabirol–, o el curso sobre los premios Nobel judíos, que Harry Almela realizó en la sinagoga Tiféret Israel del Este. También, como reto, es el uso de la tecnología para captar el interés, sobre todo, de los jóvenes. La utilización de las redes sociales y de una página web dinámica, a la que se le están incorporando elementos como los podcasts, ayudan a que el Centro de Estudios Sefardíes de Caracas llegue a las casas de una manera expedita y cómoda. Pronto, la comunidad se sorprenderá con la aparición del primer programa radiofónico judeovenezolano en la página http://www.centroestudiossefardies.com de la mano de Angie Benitah de Chocrón y Adrienne Sitzer Cohén.
Naturalmente, todo esto conlleva también el compromiso de mantener programas exitosos como la Semana Sefardí, cuya décima tercera edición está ya en proceso de planificación.
De esta manera, reafirmamos nuestra presencia en Venezuela, país del que la comunidad judía forma parte y al que aporta su singularidad, su creatividad, su espíritu emprendedor y su experiencia histórica.
El Centro de Estudios Sefardíes de Caracas, con la ayuda de sus aliados, del Museo Sefardí de Caracas Morris E. Curiel, la Federación Sefaradí Latinoamericana (FESELA) y el Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefaradí (CIDICSEF), está empeñado en exaltar la herencia cultural, para que, desde la singularidad, cada judío y cada venezolano encuentre un lenguaje común de entendimiento y paz.