Un nuevo libro sobre el ladino trata de salvar del olvido esta lengua en Bosnia Herzegovina, a donde los judíos españoles llegaron en el siglo XVI.
El bosnio Eli Tauber, autor de «El idioma judeoespañol en Bosnia-Herzegovina», explicó que su obra es resultado de años dedicados a la investigación en archivos, periódicos, museos, biografías, memorias y conversaciones con expertos y amigos.
Hasta la Segunda Guerra Mundial cerca de una quinta parte de la población de la capital, Sarajevo, (unas 12.000 personas) era de origen sefardí y el ladino se hablaba en todas partes de la ciudad.
En Sarajevo quedan apenas dos personas que siguen hablando el ladino. Uno de ellos es el jubilado Moris Albahari, de 81 años. «Sarajevo fue hasta la Segunda Guerra Mundial una pequeña Jerusalén», recordó Albahari con nostalgia en la presentación.
Los primeros documentos escritos sobre los sefardíes en Bosnia datan del año 1565, aunque los había allí ya unas décadas antes. El Holocausto nazi mató a un 85 por ciento de los 12 mil sefardíes y 2 mil askenazíes de Sarajevo. Hoy quedan en Bosnia Herzegovina, apenas mil judíos, de los cuales unos 600 viven en la capital..
El idioma judeoespañol en Bosnia-Herzegovina fue editado por La Benevolencia, asociación ultural y humanitaria judía de Bosnia, que durante el asedio serbio a Sarajevo tuvo un importante rol a la hora de traer ayuda humanitaria para la ciudad.